La nueva Ley de Caza gallega mantendrá en 16 años la edad mínima para adquirir una licencia y autorizará la actividad cinegética «en determinadas circunstancias» en zonas vedadas en las que hasta el momento no se podía practicar bajo ningún concepto. Entre otros objetivos, la Xunta busca reducir los daños causados por el jabalí, por lo que también «flexibilizará» los periodos hábiles para cazar.
Lo ha anunciado el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, en la rueda de prensa posterior al Consello de la Xunta, en la que también ha advertido de que algunas zonas vedadas se estaban convirtiendo «en verdaderas reservas para animales depredadores». Asimismo, pese a que su Ejecutivo se planteó rebajar a 14 años la edad mínima poder cazar, ha decidido seguir la recomendación del Valedor do Pobo y mantenerla en 16.
El presidente ha concretado que hay «muchas comunidades» en las que el acceso a la licencia se sitúa en 14 años y ha agregado que estará pendiente del «debate» que se suscite entre los cazadores gallegos al respecto, así como de la opinión del Consello Económico e Social (CES), que analizará la norma antes de que ésta sea remitida al Parlamento.
En su intervención, el presidente ha enfatizado la «relevancia territorial, económica y social» del texto y ha argumentado que el 93 por ciento de la superficie territorial de Galicia son terrenos cinegéticos. Ha subrayado también que esta actividad genera, además, alrededor de 90 millones de euros al año y cuenta con más de 50.000 licencias federadas.
Así, entre las novedades de la nueva ley, se incluye la modificación del actual concepto de caza como una actividad que va «más allá de lo deportivo o de lo lúdico» y se hace eco de su función «social», especialmente como instrumento para la gestión de poblaciones silvestres que, en algún caso, son causa de «graves daños» en la agricultura, en la ganadería o en el tráfico rodado.
La normativa autonómica incidirá también en su papel como instrumento para el desarrollo rural dando, por ejemplo, un impulso especial a las explotaciones cinegéticas comerciales.
Regulación de armas y municiones
Feijóo ha hecho hincapié en que, por primera vez, el texto define claramente «qué es un cazador», especificando sus deberes y responsabilidades y también lo que es cazar, con el fin de «evitar problemas» en la interpretación de la normativa al respecto.
También se conceptúan las especies que son objeto de caza y se clasifican los terrenos, diferenciando entre los que son cinegéticos y los que no. Dentro de los últimos figuran como novedades los refugios de fauna, donde no será posible cazar.
La ley también regulará en detalle el uso de armas y municiones, dejando claro cuáles se pueden usar y cuales no, en función de las modalidades y especies, además de incluir nuevas modalidades de caza.
Fondo de corresponsabilidad
Del mismo modo, el titular de la Xunta ha defendido que la nueva ley regulará con mayor intensidad la responsabilidad de los cazadores. Así, se establece la figura del responsable de las cacerías, que será el encargado de velar porque se cumplan las normativas de caza y se crea un fondo de corresponsabilidad para los años que produzcan los animales.
«Este fondo permitirá repartir las cargas de los daños que causan las especies cinegéticas entre todos los agentes implicados y, a través del mismo, se aportarán medios para prevenir daños o afrontarlos cuando se produzcan», ha detallado Feijóo.
Por último, ha insistido en que el texto proporciona un régimen sancionador «más claro, más concreto y, en algunos casos, más duro». Así, las sanciones muy graves se incrementan un 40 por ciento, al pasar de 12 a 17 tipificaciones.