La empresa familiar ourensana Rodríguez López Auto, fundada hace 40 años, produce casi todas las ambulancias especiales que circulan por España, una parte de los blindados del ejército y más de la mitad de los furgones antidisturbios, con patentes propias. Hace 20 dos de los hijos del fundador, José Enrique y Óscar, dieron el relevo a su padre y continuaron con la actividad y especializaron la empresa en vehículos «con valor añadido».
El gerente José Enrique Rodríguez Jorge explicó que en las naves del polígono industrial de San Cibrao das Viñas se reciben furgonetas y camiones base de las marcas Iveco, Mercedes Benz, Renault, Volkswagen y Ford, entre otras, que pasan por las manos de los 140 trabajadores de plantilla para ser totalmente transformados tanto en sus aspectos externo e interno como en sus prestaciones.
«Aquí desarrollamos un trabajo organizado en estructura vertical, donde no tienen cabida elementos ni componentes llegados de fuera, pues a ninguna empresa le compensa hacerlos solo para nosotros, así que desarrollamos todo tipo de piezas, elementos y tecnología mecánica y electrónica, patentada para atender a las necesidades que nos plantean los clientes, en continua evolución», agregó.
Como ejemplo de ese tipo de trabajo, Rodríguez aludió a la preparación de furgones para cuerpos antidisturbios: necesitan ser útiles para su transporte y para sus esperas de forma que los agentes puedan permanecer en el interior pero con su mirada dirigida hacia el exterior. Esto hizo necesario un sistema para que los asientos pudiesen rotar y desplazarse por el interior del furgón para situarse justo detrás de cada ventanilla.
El sistema mecánico patentado por la empresa ourensana sirvió después para su aplicación en algunas ambulancias, pues los asientos desplazables permiten que un médico pueda atender directamente a un paciente durante su transporte mientras permanece sentado y fijado al suelo, con las correspondientes medidas de seguridad, pero con la posibilidad de moverse por el interior del vehículo.
Entre otras tecnologías desarrolladas por su equipo de I+D de 6 personas, también está un sistema de «multiplexado y can bus« que se basa en una instalación eléctrica y electrónica específicas que archivan toda la información del vehículo para un posterior diagnóstico de problemas.
La empresa factura una media anual de 15 millones de euros, según su gerente, y de ellos destina medio millón a I+D cada año y en ese trabajo el equipo especializado cuenta con las aportaciones de laboratorios externos como el del Centro Tecnológico de Automoción de Vigo o el de Biomecánica y Ergonomía de la universidad de Valencia.
Nuevos mercados
La empresa es la única gallega y una de las seis de toda España que fabrica este tipo de vehículos especiales, entre ellos los blindados del Ejército que requieren también de avances tecnológicos continuos, tal y como constata José Enrique desde que el cuerpo militar pasó a su lista de clientes, en 2011.
Para sus vehículos especiales, el equipo de Rodríguez Jorge está desarrollando un nuevo material para una capa antimetralla y otros materiales para reducir el peso de las ambulancias, resistentes y duros por fuera y ligeros por dentro. Y para todo eso precisa máquinas especializadas que también podrían tener su patente.
Las unidades producidas no llegan a 1.000 anuales y el trabajo se reparte teniendo en cuenta que una ambulancia, desde que llega el furgón base a la empresa de Ourense, puede quedar transformada y totalmente adaptada a su trabajo en 15 días, igual que los vehículos antidisturbios, mientras que los blindados para el ejército o para empresas de seguridad que transportan dinero pueden requerir 60 días de trabajo.
En este mercado los principales cambios, según el gerente, son el descenso en los pedidos de blindados «pues ya no se transporta tanto dinero líquido como antes, sino que se usan otras vías más modernas y la desaparición de la violencia terrorista también incide en esto». Entre su clientela, también hay particulares «pero muy pocos» como algún pedido de vehículo para personas que se mueven con silla de ruedas.
Nuevos retos
Durante el año 2012 parte de la actividad comercial de Rodríguez López Auto se centró en la búsqueda de nuevos clientes en América Latina, donde la inseguridad cotidiana hace que los vehículos fabricados en Ourense sean demandados, y esto compensa en parte el descenso en los pedidos nacionales.
«Ya pasamos la etapa de conocimiento mutuo, necesaria porque la normativa de seguridad en esos países es diferente a la europea, por ejemplo, para el transporte de detenidos», especificó.
Ahora la preocupación es buscar en países como México, Colombia o Brasil socios locales que puedan encargarse de la «postventa«, es decir, después de que las marcas de furgones y camiones envíen su vehículo-base, es necesario transformarlos en Ourense y contar con un socio en cada país que se encargue del resto.
El mercado para la empresa está abierto en el sector de ambulancias y desde hace dos años pueden verse habitualmente en Panamá, Perú y Ecuador. «El mercado de los blindados es ahora interesante sobre todo en Brasil pues contará con eventos como las Olimpíadas y el mundial de fútbol previstos para el próximo decenio, y ahí queremos estar con nuestros vehículos especiales», agregó.