«Sabía lo que hacía y quiso hacerlo«, sostiene Fiscalía que, como las acusaciones particulares, argumenta que la víctima no pudo defenderse.

La Fiscalía ha manifestado que Roger Serafín Rodríguez, autor confeso de la muerte de Elisa Abruñedo — la vecina de Lavandeira, en Cabanas (A Coruña), asesinada y violada en septiembre de 2013 cuando salió a pasear por el entorno de su casa — «sabía lo que hacía y quiso hacerlo», en su exposición ante el Tribunal del Jurado, constituido este lunes en la Audiencia Provincial de A Coruña. Este, por su parte, se ha negado a declarar.
Su defensa ha pedido una sentencia «justa» y ha argumentado «disociación de la realidad» por parte de su cliente pensando al día siguiente que había sido otra persona la autora. Frente a ello, las acusaciones sostienen que era consciente de los hechos.
Entre otros argumentos, para pedir una sentencia condenatoria con las penas que reclama, el Ministerio Público ha insistido en que la víctima «no pudo defenderse» y que la atacó sexualmente «de una manera brutal» para luego «de forma repetitiva acuchillarla».
«En más de diez años no dijo nada y se jactó de que no iban a dar con él«, ha añadido sobre la investigación de la Guardia Civil, tras tener unas pruebas de ADN que no se pudieron cotejar en su momento al no figurar el procesado en ninguno registro, algo que se pudo hacer con los años cuando se logró una muestra del hombre.
AGRAVANTES, SEGÚN ACUSACIONES
Declaraciones de los abogados de la acusación particular, Beatriz Rubín y Rafael Díaz, que han incidido en la «memoria selectiva» del procesado en sus declaraciones previas y han calificado de «previsible» que se acogiese a su derecho a no declarar. –Video Europa Press.
Por su parte, los abogados de la acusación particular — dos en representación de cada uno de los hijos — han incidido, entre otras cuestiones, sobre la «memoria selectiva» del procesado y el hecho de que durante «más de diez años» hiciese una «vida normal», algo a lo que también ha apuntado la representante fiscal.
«A parte de golpearla y maltratarla con fuerza desproporcionada, que deja a la víctima sin posibilidad de defenderse, la arrastra», ha señalado uno de los letrados de la acusación al incidir en la alevosía que pide como agravante, junto al ensañamiento. Y es que las acusaciones particulares piden un total de 37 años de cárcel, por agresión sexual y asesinato, frente a los 32 que reclama Fiscalía.
En relación a lo sucedido, y en su exposición ante el Tribunal del Jurado, han argumentado que hubo «un aprovechamiento del lugar y del tiempo» por la hora y la zona en relación a unos delitos que, según recordaron, se produjeron cuando el acusado venía de caza.
«Lo arrastró 17 metros hacia dentro en una zona con abundante vegetación«, ha aseverado la letrada de la otra acusación particular, para quien el procesado le provocó «un deliberado sufrimiento». «La abandona«, ha expuesto su compañero al explicar porque piden el agravante de género.
DEFENSA
La defensa entiende, por su parte, que los hechos son constitutivos de un delito de agresión sexual y otro de homicidio y ante el Jurado ha pedido «una pena justa».
Además, ha manifestado que los hechos se produjeron a la «luz del día» y ha argumentado que era una zona por donde pasaba gente, para descartar algunas de las agravantes planteadas. «Disoció la realidad«, ha aseverado para indicar que al día siguiente pensó que había sido otra persona.
DETENCIÓN
Desde octubre de 2023, el procesado está en prisión a la que fue trasladado tras ser detenido por la Guardia Civil en su propio puesto de trabajo, en el astillero de Navantia Ferrol, donde era operario de una empresa auxiliar. Tras el arresto, confesó ser el responsable de la violación y muerte de la vecina de la comarca de Eume diez años atrás.

Según el escrito de acusación, entre las 20.45 y las 21.00 horas del 1 de septiembre de 2013, el hombre conducía su vehículo cuando vio caminando a la víctima por la carretera provincial DP-1503, en las inmediaciones de su domicilio.
Luego se desplazó a un camino de tierra de la zona, detuvo su coche y se dirigió a la mujer «abordándola por la espalda, agarrándola fuertemente con un brazo y golpeándola en la cara, en la zona de la mandíbula».
Acto seguido, según el Ministerio Fiscal, el encausado se introdujo en el terreno situado al lado de la carretera «en el que había pinos y abundante vegetación de monte bajo», arrastrando a la víctima marcha atrás mientras la sostenía fuertemente de espaldas a él, «recorriendo aproximadamente 17 metros hasta el interior de la parcela, donde no podía ser visto desde la carretera».
A continuación, la violó en este lugar e inmediatamente después, el procesado «sacó repentinamente una navaja o cuchillo del bolsillo de su pantalón y la apuñaló, propinándole dos cuchilladas en el torno y una en el cuello», tras lo cual huyó del lugar monte a través hasta alcanzar su vehículo, en el que abandonó la zona, provocando la muerte de la mujer de manera inmediata.
PENAS
Por ello, Fiscalía pide una pena de 12 años de prisión por el delito de agresión sexual, a lo que hay que sumar otros 20 por asesinato, reclamando también que sean indemnizados los dos hijos de la mujer fallecida con 200.000 euros, 100.000 para cada uno de ellos. Las acusaciones particulares elevan la de asesinato a 25 años y piden una indemnización de 300.000 euros para cada hijo.
A la salida del juicio, el letrado del procesado ha explicado que si su cliente no ha declarado es por «no vivir ni él ni la familia — de la víctima– los hechos».
A su vez, los abogados de la acusación particular han incidido en la «memoria selectiva» del procesado en sus declaraciones previas y han calificado de «previsible» que se acogiese a su derecho a no declarar. También han considerado que no es «creíble» que apuntase en su momento y ahora su defensa a una «disociación de la realidad» como si lo vivido fuese «un sueño».