La Constitución de 1978 celebró su trigésimo cuarto aniversario en un momento de horas bajas para la clase política.
Son considerados uno de los principales problemas de España para los ciudadanos, que sufren las consecuencias de la crisis económica.
La Constitución, según algunos necesita una reforma, pero los políticos más. Una cumple años y nadie se pone de acuerdo en si debe ser maquillada para que aguante algunas décadas más. En lo que sí coinciden todos los españoles es en que los políticos ya no son una solución y sí un lastre y se han convertido en el tercer problema del país.
El aniversario se produce pocos días después de las elecciones catalanas y cuando aún se escuchan los ecos del debate soberanista en esta comunidad, aumentado en los últimos días a la polémica sobre la reforma educativa que prepara el Gobierno y sus efectos en las comunidades con lengua propia. El Senado acogió el jueves, dia 6, por primera vez en la historia el acto central del Día de la Constitución, al que Mariano Rajoy asiste, también por primera vez, como presidente del Gobierno. Las obras en el Congreso han obligado a trasladar los fastos a la Cámara Alta, de forma que su presidente, Pío García Escudero, compartió protagonismo con su homólogo de la Cámara Baja, Jesús Posada, y ambos fueron los encargados de recibir a los representantes políticos e institucionales. En este aniversario, el Gobierno defiende la plena vigencia de la Constitución 34 años después de su promulgación y considera, según fuentes del Ejecutivo, que no es urgente reforma alguna en el texto. El texto de 1978, según el Ejecutivo, está preparado para hacer frente a desafíos a los que pueda enfrentarse España, como la apuesta soberanista encabezada por Artur Mas y que considera que ha quedado bastante diluida tras las elecciones del pasado 25 de noviembre. No obstante, las mismas fuentes aseguran que el Gobierno no se cierra en banda a dialogar sobre posibles propuestas de reforma, si bien advierten de que debería contar con un «amplísimo» consenso. Por su parte, el principal partido de la oposición, el PSOE, ha señalado en un manifiesto con motivo de esta fecha que los españoles deben sentirse orgullosos del camino recorrido desde 1978. Los socialistas invitan al resto de las fuerzas políticas y a las instituciones a alcanzar un «pacto para defender el Estado de bienestar» y para «impulsar el crecimiento económico». Unos días antes del acto de celebración, el CIS ha publicado una encuesta que afirma que siete de cada diez españoles están insatisfechos con la marcha de la democracia y más de la mitad tiene el mismo sentimiento hacia la Carta Magna.
Son pocos los que opinan que la Constitución se respeta «bastante» (19,5 %) o «mucho» (1,7 %), frente a un 31,3 por ciento que creen que se respeta «poco», un 13,3 por ciento «nada» y un 26,7 por ciento «algo». Pese a ese desencanto, la inmensa mayoría, el 72,4 por ciento ve «motivo de orgullo» el modo en el que se llevó a cabo la Transición y un 77 por ciento considera que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno. Además, el 41,7 destaca que el mayor logro de la Constitución es que garantiza la libertad frente a un 18,8 por ciento que subraya el consenso con la que se aprobó.
Al acto que se celebró en el Senado asistieron ocho presidentes autonómicos: los de Galicia, Andalucía, Aragón, Canarias, Extremadura, Castilla y León, Madrid y Castilla-La Mancha. Por el contrario no estuvieron otros nueve jefes de Gobierno regionales -País Vasco, Cataluña, Asturias, Cantabria, La Rioja, Murcia, Valencia, Navarra y Baleares-, ni tampoco los de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Como ya viene siendo habitual, los diputados de la Izquierda Plural no asistieron a la recepción oficial, y tampoco lo hicieron los parlamentarios del PNV, Amaiur y ERC. CiU dió libertad a sus representantes para quehiciesen lo que deseara, pero como el año pasado no acudió ninguno.