Érase una vez un dique flotante

Jesús Varela Rivas– (la atalaya de jesus varela)

¿A qué le suena eso de, érase una vez ? ¿Verdad que a cuento infantil ? Y es que lo del Dique Flotante, lamentablemente, es en lo que parece que va a terminar convirtiéndose. En un cuento. Aunque en este caso, el cuento pueda terminar resultando mortal para el futuro de la reparación naval en nuestra Ría. Por la deriva que tomó este asunto, el Dique Flotante podría decirse que fue utilizado (como otras tantas cosas) solo y exclusivamente para salir de forma airosa de una determinada situación en un momento tan especial como lo pueden ser unas elecciones.

Y precisamente por eso y por como se encuentran las cosas a estas alturas y por la poca voluntad política demostrada hasta el momento por parte de quienes gobiernan para dar respuesta a esta reivindicación, el cuento muy bien podría empezar como : Había una vez una comarca, llamada Ferrolterra, que contaba con una industria naval y unos profesionales de la misma, que eran la envidia del sector y bla, bla, bla, bla.

Los políticos (en su inmensa mayoría) son personas que se comportan en función de la posición que ocupan en cada momento (gobierno u oposición), de tal forma, que igual que los podemos ver como unos extraordinarios políticos reivindicativos, podemos verlos como las personas más tolerantes y condescendientes que nos podamos imaginar, llegando incluso, a defender lo indefendible con tal de garantizarse una determinada posición dentro del aparato. Y en ese contexto, recuérdese a quienes defendieron en esta comarca (y hay que ver de que manera lo hicieron) la política empleada con el astillero de Fene. La política desarrollada también con la antigua Bazán cuando a ésta le prohibieron construir buques civiles. Con los engaños continuados respecto a los innumerables planes que iban a desarrollar en esta comarca y que nunca llegaron a hacerse realidad. Con el fiasco que resultó el llamado Plan Ferrol, que no sirvió más que para que unos pocos se sirviesen del dinero de todos. O mismo como actualmente se calla ante el sangrante comportamiento que desde el gobierno se tiene con respecto al tren al Puerto Exterior. Y así hasta completar un largo etcétera de episodios que marcaron y marcan el futuro de esta comarca.

Caballo de batalla en la contienda electoral

El Dique Flotante ahora, como en otros momentos el astillero de Fene, parece claro que se utilizó como caballo de batalla en la contienda electoral. Y quienes lo utilizaron, fueron los mismos de siempre. Unos, los que cuando estuvieron en el poder no hicieron nada y luego cuando dejaron de estar decían que iban hacer, y otros, los que no estaban y por eso exigían y ahora que están se desdicen y no hacen nada. El Dique Flotante es (junto con otras mejoras, como la cubrición del Dique grande de Astano) una demanda que se tiene que convertir en irrenunciable para la Ría de Ferrol.

Ferrolterra no puede continuar callada, no puede permitir que la clase política guarde silencio y se mantenga inactiva en este asunto. Es muy importante para nuestro futuro y por tanto es mucho lo que nos jugamos como para estar callados o permitir que quienes tienen que hablar no digan nada al respecto. Las sensaciones ya no fueron buenas cuando dijeron que se iba a constituir una Comisión para analizar su viabilidad. ¿No estaba acaso estudiada la viabilidad técnica y económica por parte de los ingenieros navales que hicieron el proyecto? Pues si solo faltaba la viabilidad jurídica, que la estudiase un equipo de la Xunta o del gobierno central. Por qué constituir una Comisión.

Y claro, como del Dique no se mueve nada, uno se pregunta ¿Dónde está el alcalde de Ferrol? ¿Dónde están los Srs. Fernández de Mesa y Juan Juncal? ¿Dónde está el Sr. Cortizo y el ex ministro Caamaño? ¿Dónde están los sindicatos, los que forman parte de esa Comisión, los empresarios, los comerciantes….etc? ¿Dónde están? ¿Qué ocurre en Ferrolterra para que nadie diga ante el descarado silencio que se da sobre el Dique? La verdad es que esta sociedad parece estar excesivamente manipulada y sin ideas.

Estamos ante una situación en la que el cuento muy bien podría terminar diciendo : Y pasado el tiempo y como ya venía siendo habitual en esa comarca, el sueño del Dique terminó por desvanecerse ante la falta de compromiso por parte de todas aquellas personas y organizaciones que tanto habían prometido pero que tan poco habían hecho. Y colorín colorado esperemos que este cuento no haya terminado. Moraleja : No creas nunca nada de lo que te digan los políticos en época de elecciones.

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