Gobernar a espaldas del Congreso..(Juan Cardona Comellas)

Juan Cardona Comellas-(juan@juancardona.es)

No se puede entender los desvaríos del «presimiente» Sánchez sin leer el acuerdo al que ha llegado con ERC para la investidura del socialista Illa como presidente de la Generalidad. Estos acuerdos están basados en cuatro compromisos esenciales: 1º Construir una solución al conflicto político. 2º Impulsar un sistema de financiación singular que avance hacia la plena soberanía fiscal. 3º Reforzar los pilares del reconocimiento nacional de Cataluña y 4º asegurar la continuidad de unas políticas públicas. «Estos pilares compartidos entre el federalismo y el independentismo nos acercan de forma decisiva a la resolución del conflicto político y nos dotan de las herramientas necesarias para construir una Cataluña más justa, más próspera, más verde, más feminista y
plenamente libre»: No se andan por las ramas, van directamente al su anhelado sueño de constituirse en un estado independiente con reconocimiento internacional.

Dejemos aparcado para mejor ocasión la solución «al conflicto político» y centrémonos en el segundo punto «Impulsar un sistema de financiación singular que avance hacia la plena soberanía fiscal», que está basado en el aserto de que Catalunya sufre una infrafinanciación sostenida en el tiempo crónico que limita enormemente el gasto en: «políticas públicas como la salud, los servicios sociales, la vivienda o las infraestructuras»; por quejarse que no quede. No cabe duda de que describe un panorama desolador tan solo comparable a países del tercer mundo. Para librarse de la Potencia Colonialista, acuerdan las dos partes que «la Agencia Tributaria de Cataluña, asuma la gestión, recaudación, liquidación, inspección y disponibilidad de todos los impuestos soportados en Cataluña»: ¡Y se quedan ambos satisfechos al colar de rondón la palabra «todos»!

Aunque el ínclito «presimiente» Sánchez afirmó recientemente que puede gobernar al margen del Poder Legislativo, en esta ocasión tendrá que cambiar, entre otras, la Ley de financiación de las comunidades autónomas. Omite que es una ley orgánica por lo que necesita la mayoría absoluta del Congreso; y en esa pequeña circunstancia tendrá que contar con los votos de todos los partidos que le encumbraron y por supuesto con todos los
diputados de su propio partido.

¿Servirán de algo las advertencias de antiguos próceres de su partido que consiguieron poner en marcha una situación política muy complicada que culminó con la Constitución del 78? Me da la impresión de que sus opiniones le parecen a Sánchez, trasnochadas cuando no con sabor fascistoide. Nos queda la ilusión como solución para desenmarañar esta desfachatez democrática que está pergeñando el «presimiente»: los votos de los diputados nacionales de las Comunidades Autónomas que de cara a la galería muestran su disconformidad.

Una vez más, Sánchez saca de su chistera un nuevo conejito: Recuerda al personal el reglamento federal del PSOE que claramente señala en los artículos 67 y 73 que lo aprobado en el Congreso Federal del Partido es de obligado cumplimiento para todos los diputados, como el acuerdo pactado entre el PSC y ERC: conclusión en román paladino; quien se mueva no sale en la foto, todos a obedecer como en Fuenteovejuna… Todos a una

Para asegurar todo este galimatías de obediencias debidas, el «presimiente» Sánchez adelanta el Congreso Federal del PSOE a finales de noviembre para renovar directivas autonómicas; adiós a esos «pages» y «lambanes».

Tan solo, en la lejanía, nos queda la esperanza de que algún diputado socialista se despegue de su escaño y a sabiendas de que su voto en contra del jefe implique la baja en el partido, previa entrega de su acta de diputado, y le suponga buscarse la vida como un ciudadano de a pie; pero…, el «lotite» que tienen implantado en sus posaderas con seguridad le impedirá ejercer su voto en conciencia. Resultado: A esperar un cataclismo democrático o tres largos años de gobierno cuasi leninista. Señor…, paz y ciencia.