María Fidalgo Casares, repasará en Pontedeume la vida y obra del pintor Abelardo Miguel. Todavía poco conocido, está considerado uno de los grandes valores de la pintura gallega de todos los tiempos.
La Casa de Cultura de Pontedeume, antiguo convento de San Agustín, será el escenario de la conferencia “Abelardo Miguel el pintor de mariñeiros» este viernes, día 11, a las 20.00 horas. La ponente será la Doctora en Historia y Académica de la Historia de Andalucía, Maria Fidalgo Casares, máxima especialista y biógrafa del artista.
El acto será presentado por el Presidente del CN EntrePontes, organizador del evento e intervendrá el alcalde Bernardo Fernández Piñeiro y concluirá la ronda de presentaciones José Fonte Sardiña, tradutor, profesor, filólogo y, sobre todo, un investigador.
Por su parte María Fidalgo analizará una trayectoria artística que califica como “única en la pintura gallega por su original estilo, gran versatilidad y sobre todo por tener una identidad pictórica con una galleguidad que no respondía postulados teóricos, sino completamente existenciales”,
Abelardo Miguel ( 1918-1991) fue un pintor clásico que evolucionó a un estilo posimpresionista. Becado por la Diputación de A Coruña en 1936 estudió en la Academia de Bellas Artes y completó estudios en Roma y Holanda. Con un sello original, cultivó el bodegón, retrato, género marinero, paisaje y escenas del rural impregnando sus lienzos de un ingente valor etnográfico y un apasionado tratamiento del color y la luz que, aun siendo hoy poco conocido, lo singularizó entre los grandes de la cultura gallega,
Tras décadas de olvido, Fidalgo le dedicó años de investigación que materializó en su tesis doctoral y la catalogación de su obra. Según la investigadora, «La cultura gallega tiene que reconocer los méritos de Abelardo Miguel. Eso empieza trabajando desde la propia villa para darle el sitio que se ganó a pulso, con talento, tesón, por su valor etnográfico y artístico y por su compromiso con el colectivo de los mariñeiros y peixeiras de Galicia que plasmó como nadie en la Historia del arte gallego».