Galicia Ártabra Digital Noticias de Ferrol y la comarca de Ferrolterra.
Centenares de ferrolanos arroparon el Viernes Santo a la Hermandad del Santo Entierro en el acto de recuperación de la ceremonia del Desenclavo, que se celebró 105 después de su última representación, en aquella ocasión organizada por la Cofradía de las Ánimas, en el exterior de la concatedral de San Julián y presidida por el obispo, Fernando García Cadiñanos.
Doce cofrades participaron en la escenificación del descendimiento de Cristo, que dio comienzo con una introducción al acto y unas palabras en las que el obispo recordó el sufrimiento máximo de Jesús en el Gólgota. “Una muerte dada por amor no puede dejarnos indiferentes”, apuntó García Cadiñanos, que invitó a los fieles a no ser meros espectadores del sacrificio del “Amigo con mayúsculas” y que tuvo también un recuerdo para quienes hoy siguen sufriendo y muriendo, como las víctimas de las pandemia o las de las guerras.
El Hermano Mayor del Santo Entierro, Antonio Loureiro, pidió permiso para iniciar el Descendimiento del cuerpo de Jesús y, una vez concedido, se inició el Desenclavo en medio de un silencio sobrecogedor del público, solo roto por las lecturas elaboradas por la Hermandad y la música, que incluyó su propio himno, “Non nobis, Domine”, “Agnus Dei”, de Samuel Barber y la “Lacrimosa” del Réquiem de Mozart. La imagen utilizada fue un Cristo articulado de la Escuela Castellana que ya se empleaba en la antigua ceremonia en la primitiva iglesia de San Julián y que ahora se expone en el baptisterio de la Concatedral.
Retiradas la corona de espinas y los clavos que sujetaban los brazos y pies de Jesús a la Cruz, su Cuerpo fue trasladado por los cofrades al interior del templo, dándose así por finalizado el acto, que estuvo seguido por la procesión del Santo Entierro.
A la misma asistieron numerosas autoridades, entre ellas el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda; la vicepresidenta segunda del Congreso, Ana Pastor; el alcalde de Ferrol, Ángel Mato, y el almirante del Arsenal, Ignacio Frutos, que acompañaron a la Urna y el Cristo Yacente en su recorrido por las calles de Ferrol.
Junto a ellos, los pasos de la Virgen de Dolores y San Juan Evangelista, de la Cofradía de Dolores
