«Me voy con pena y os llevo en el corazón». Despedida en Ferrol de Luis Ángel de las Heras

(Fots. Diócesis y Galicia Ártabra)-A las cinco de la tarde de este domingo se celebró en la concatedral de San Julián una Eucaristía que sirvió como acto de despedida de la diócesis, el sábado se celebró uno similar en la catedral de Mondoñedo, a Luis Ángel de las Heras, en estos momentos administrador apostólico de la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol al ser nombrado como nuevo pastor de la diócesis de León.

Un acto sencillo, un poco deslucido en el número de asistencia a causa del Covid, pero lleno de unión del pastor con sus fieles en una despedida triste después de que el claretiano de las Heras tomase posesión de la sede de San Rosendo.

Acompañaron al prelado representantes de asociaciones, entidades y comunidades religiosas de la zona de Ferrolterra así como un buen número de sacerdotes, entre ellos el que desempeñó el puesto de Vicario General Antonio Rodríguez Basanta que junto con el sacerdote Pedro Rodríguez Paz concelebró la Eucaristía..

También se encontraban en el templo asistiendo al acto religioso el alcalde la ciudad, Ángel Mato; el almirante Jefe del arsenal de Ferrol, Vicealmirante Antonio Duelo Menor acompañado de su esposa; el edil de Cultura, Antonio Golpe y el portavoz del Partido Popular y parlamentario gallego, José Manuel Rey Varela.

Homilía

Durante la homilía Luis Ángel de las Heras señaló que «Al mismo tiempo que doy gracias, pido perdón. Por no haber sabido persuadir a más hermanos para subir a esta barca; por haber hecho difícil la travesía a alguno; por las veces que no me he dejado apacentar por el Señor e incluso le he impedido apacentar a Él conmigo.
Con el perdón del Señor en el corazón, quiero entonar una acción de gracias comunitaria, más que personal, invitándoos a dar gracias por sabernos discípulos misioneros de Jesús, agradecidos, bendecidos y esperanzados.

Discípulos misioneros agradecidos, porque tenemos delante de nosotros una gran historia de Iglesia, una columna de testigos de la fe de Mondoñedo-Ferrol. Hombres y mujeres que nos preceden en el camino del Reino y que, igual que el profeta Elías y nuestro san Rosendo, fieles al Señor, han surgido como fuego del amor transformador de Dios. Cristianos de estas parroquias a través de quienes Dios ha actuado portentosamente incluso por medio de sus flaquezas. ¿Cómo no vamos a estar agradecidos por esta gran historia de la que formamos parte y podemos contar hoy?».

«Gratitud, bendición y esperanza para alumbrar sueños y acoger visiones juntos. Sueños y visiones que no son individuales, particulares, sino comunitarios, y se hacen realidad en esta porción del Pueblo de Dios: Mondoñedo-Ferrol. Una hermosa Iglesia particular que el Buen Pastor pastorea con esmero. Doy testimonio de ello y renuevo ante vosotros mi principal oración: Apaciéntame, Señor, apacienta Tú conmigo.
Nunca podré agradeceros suficientemente al Señor y a vosotros estos años de gracia. Rezo y rezaré por vosotros —especialmente cuando recite el Padrenuestro en gallego».

Finalizó dando gracias a Nuestra señora de los Remedios y a Nuestra Señora de Chamorro,» a cuyo corazón encomiendo a cada diocesano de Mondoñedo-Ferrol«.

Un cruceiro y un mapa de la diócesis

Y continuó la Eucaristía hasta que al final tomó la palabra Antonio Rodríguez Basanta para señalar que como final de esta acción de Gracias se quería darle dos recuerdos simbólicos de la diócesis en nombre de todo el pueblo de Dios, laicos, consagradas y consagrados y presbíteros.

Se le entregó un cruceiro «que simboliza la simiente de la fe en esta Galicia, en nuestra Diócesis».

Y asimismo se le agasajó con un mapa en cerámica de la diócesis , » que quiere ser ese símbolo de nuestra Iglesia Diocesana, de la Iglesia de Jesucristo implantada y viva en este norte de Galicia».

Ambos recuerdos le fueron entregados entre largos aplausos de los asistentes.

«Os llevo en el corazón»

Sus últimas palabras de despedida estuvieron cargadas de un gran sentimiento «son signos el cruceiro y el mapa de la diocesis de lo que yo me llevo en el corazón que es cada uno de vosotros no os quepa duda. Han sido cuatro años preciosos para mi y esta tierra es «a miña terra«. «Os llevaré siempre en mi corazón a donde yo vaya. Es lo que tiene el misionero que echa raíces, y le cuesta salir, pero con este mismo entusiasmo con el que el Señor me ha enviado a Ferrol también me envía ahora a León. Allí procuraré vivir como he querido hacerlo aquí, intentando plasmar de palabra y de obra la Fe en Jesús , es el mejor proyecto para la Humanidad aunque a veces nosotros , torpes hombres, no sepamos explicar».

Nadie es imprescindible

Sus últimas palabras las dirigió a su padre que se encuentra en una Residencia,  «tiene 90 años y no puede salir de allí.  pero os envía saludos para todos, él estuvo siempre muy a gusto aquí», recordando su estancia en Ferrol y como lo acompañaba a los actos, como a la procesión del Cristo de los Navegantes o en la procesión del Viernes Santo .«De palabra me dijo, te estarás despidiendo con pena, pero hijo no se te olvides que nadie es imprescindible» y con estas palabras finalizó pidiendo un aplauso, que fue muy prolongado, para el señor.

Terminó el acto con el canto de la Salve y con la despedida a los fieles y a las autoridades asistentes.

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