El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha justificado este lunes adelantar las elecciones autonómicas gallegas, que tocarían después del verano, al próximo 5 de abril, por el objetivo de «reducir al máximo el periodo electoral» y evitar «una campaña de seis o siete meses», al tiempo que ha desligado el paso del horizonte electoral catalán.
Feijóo ha informado de su decisión al Gobierno gallego, como es preceptivo, pocas horas después de que el lehendakari vasco, Iñigo Urkullu, anunciase el adelanto en Euskadi. El también líder del PP gallego ha admitido que hubo contactos entre ambos, aún subrayando la autonomía de cada uno de los mandatarios para fijar fecha electoral en su comunidad.
Este mismo lunes el presidente firmó el decreto que ratifica el adelanto electoral de medio año en la comunidad –se publicará este martes– y la nueva legislatura empezará el 5 de mayo de 2020. Feijóo ha remarcado que el Gobierno que salga de las urnas tendrá «mucho camino andado» y margen para aprobar en tiempo y forma los presupuestos para el año que viene.
«Después de estos años, ustedes, como buena parte de los gallegos, ya me conocen bien, con todos los defectos y alguna virtud, si es que la tengo. Saben que soy previsible e imaginan el motivo de esta rueda de prensa«, ha arrancado el presidente una intervención en la que ha repasado los distintos procesos electorales que ha vivido España.
A renglón seguido, tras subrayar que «ni los gallegos ni la Xunta» son «responsables de esta situación de inestabilidad», ha anunciado su decisión de adelantar para «preservar la normalidad y la estabilidad institucional» en la comunidad, al igual que ha hecho -ha remarcado– desde que
tomó las riendas del Ejecutivo autonómico en 2009.
«BENEFICIOSO PARA GALICIA Y ESPAÑA»
Feijóo ha admitido el «peso fundamental» de la decisión de Urkullu. «Como en 2009, 2012 y 2016, y como era previsible, las autonómicas serán al mismo tiempo que en País Vasco», ha esgrimido, al tiempo que ha desligado la decisión de lo que pueda suceder en Cataluña.
«Entre la disyuntiva de 54 días o una campaña que de un modo u otro podía durar seis o siete meses, lo más beneficioso para Galicia y España es optar por la primera opción».
«Es una cuestión de coherencia», ha reivindicado, antes de recordar que siempre ha apostado por concentrar comicios para «reducir al máximo el periodo electoral».
Así, ha subrayado que cuando arranque la próxima legislatura el nuevo Ejecutivo tendrá «mucho camino andado», con «presupuestos en vigor», varias leyes en marcha -que sigue considerando «importantes» y que ha garantizado que los populares aprobarán a partir del 5 de mayo «si quieren los gallegos»– y margen para elaborar con tiempo las cuentas de 2021.
QUE GALICIA «NO REPRODUZCA LOS SOBRESALTOS POLÍTICOS»
Tras reivindicar su decisión por «coherencia, previsibilidad y estabilidad», Feijóo ha hecho un llamamiento a que, «con independencia de las legítimas aspiraciones» de cada partido, Galicia «no reproduzca los sobresaltos políticos de los últimos tiempos» en España. «Debería ser un objetivo compartido por todos los partidos», ha manifestado.
De hecho, al margen de la competencia entre formaciones que se presupone en una carrera hacia las urnas, Feijóo ha remarcado su deseo de que Galicia «siga dando ejemplo de política útil».