El Foro de Amigos de Ferrol quiere dar a conocer los enterramientos de personajes ferrolanos existentes en el cementerio coruñes de San Amaro.
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«Donde tanto mármol tiembla entre las sombras
la mar fiel duerme sobre las tumbas.
El cementerio marino. Paul Valery
El cementerio ferrolano de Canido, construido a partir del año 1775, fue uno de los primeros cementerios municipales levantados extramuros de la población, tal como propugnaba la Ilustración, especialmente por razones de salubridad. De uso obligatorio y único lugar de enterramiento de la ciudad desde el año 1804, persistió hasta el año 1945 en que fue inaugurado el cementerio municipal de Catabois. El posterior traslado de los restos funerarios desde Canido al nuevo camposanto de Catabois fue un vergonzoso ejemplo de desidia y abandono, tanto por parte de los responsables municipales como de los eclesiásticos.
A diferencia del cementerio de Canido, el interesante camposanto de San Amaro de A Coruña, inaugurado el año 1812, se encuentra en un magnífico estado de conservación. A su atractivo de cementerio marino añade el interés de contar con un recinto de entierros civiles, un cementerio de ingleses y un camposanto exclusivo para niños pequeños. Como ocurre con todos los cementerios, muestra como el ser humano encara a la muerte a la vez que retrata a la sociedad de su tiempo, constituyendo las tumbas y enterramientos una lección de antropología y etnografía, y muchas veces de escultura.
Entre los enterramientos relacionados con Ferrol, llama la atención una lápida del año 1874, un gastado bajorrelieve trabajado en mármol. Se trata de la tumba de Ramona Monge, madre de Ramón Plá, marqués de Amboage, que tras de vivir más de veinte años en Cuba, murió y fue enterrada en A Coruña. Para los autores de la Guía del camposanto coruñés, representa una matrona galaica, acaso una Moura Celta o una Mother irlandesa, posiblemente acompañada de un ángel alado. Sin embargo cuesta trabajo creer en el posible celtismo de la representación dado que la familia del marqués de Amboage era de procedencia catalana, su madre vivió poco tiempo en Ferrol y emigró joven a La Habana con varios hijos que se trasladaron a Cuba muy jóvenes.
Consultados diversos especialistas sobre el particular, entre ellos el profesor ferrolano Pedro J. González, es más creíble pensar que la escena funeraria represente a una plañidera con una vestidura entallada de época, bajo la sombra de lo que puede ser un tejo o acaso otro árbol. En el centro de la placa una corona de laurel y una cruz proporcionan la adecuada componente religiosa.
Además de encontrarse enterrados en el cementerio de San Amaro muchos personajes gallegos, unos coruñeses y otros procedentes de la emigración en Cuba y Argentina, figuran también las tumbas de conocidos personajes ferrolanos, entre otros el político Benito Plá y Cancela, que fue diputado provincial, y el naturalista Víctor López Seoane, cuya importante colección particular se encuentra en el Museo de Ciencias Naturales de A Coruña.
Como contraste con el cuidado recinto funerario coruñés, con referencia a Ferrol se puede indicar la falta de respeto que significa haber empleado para el pavimento de los jardines situados en la parte alta de la ferrolana iglesia de las Angustias un trozo de una lápida funeraria procedente del antiguo cementerio de Canido. Por las averiguaciones realizadas parece que podría tratarse de la lápida de Domingo Díaz de Robles, insigne historiador y periodista ferrolano (1812-1867).