«Xardín suspenso» interesante producción del Centro Dramático Galego, en el Pazo da Cultura

El espectáculo «Xardín suspenso» se estrena este sábado, día 11 , a las 20.00 horas, en el Pazo da Cultura de Narón como nueva producción del Centro Dramático Gallego (CDG) que, de esta vuelta, cuenta con Cándido Pazó en la dirección escénica y con César Cambeiro, Melania Cruz, Rocío González, Luisa Merelas, Santi Romay y Ana Santos en la interpretación. Realizado a partir del drama firmado por Abel Neves, uno de los dramaturgos más reconocidos de la actual escena portuguesa, el espectáculo podrá verse en la localidad naronesa  tras su estreno en Santiago y en la gira de dos meses que inicia  por Galicia hasta a finales de mayo en Lisboa.

La elección de este texto, que -en palabras de Cándido Pazó- « remexe no microcosmos das relacións familiares” para abordar “a historia de algo tan trivialmente dramático como unha promesa de amor incumprida», responde al primer acuerdo institucional firmado entre el CDG y a Teatro Nacional Dueña María II (TNDMII) de Portugal para el intercambio de autores fundamentales entre las escenas gallega y lusa.

La obra  «Xardín suspenso» de Abel Neves, bajo la dirección de Cándido Pazó, en una producción de Fran Veiga y en la que cuenta como elenco con César Cambeiro, Melania Cruz, Rocío González, Luisa Merelas, Santi Romay, y Ana Santos .

Una historia de amor.

Un amor no correspondido al que se entrega Lucía, una joven arquitecta que invirtió todas las energías en la construcción de un acendrado xardín sen plantas. Al mismo tiempo, es una navaja certera (de cocina) dirigida al corazón de las verdades que solemos dar por adquiridas y de las apariencias que no osamos dejar de vestir cada vez que salimos de casa.
Abel Neves agita las relaciones familiares y el micro-cosmos en el que se sostiene la nuestra (in)felicidad. Y los confrontan con el poder de las palabras simples, palabras que surgen casi sin darnos cuenta y que a la mínima hienda surgen delante de una circunstancia ocasionalmente más desprotegida, terminan convertidas en cuchillos letales. Palabras con las que prometemos el imposible y con las que defraudamos las expectativas. Palabras que, de repente, ya no nos sirven para nada, por la simple razón de que ya no hay nadie que las quiera o pueda oír. Y que, por eso, nos condenan al silencio.
Una historia de amor. El amor del autor por el humano y por las pequeñas cosas que aun no se pueden diferenciar de la maquinilla. Como una manera de llamada para que no estropeemos esa extraordinaria capacidad que nos diferencia en cuantos seres sensibles y racionales: la de que nos oigamos unos a los otros. Mariana, la abuela de Lucía, resolvió es enigma desde muy temprano. Con la sabiduría que propicia la edad, aconseja al hijo: «Si oímos bien, respiramos mejor». Pero en casa, nadie la escucha.