Antonio Eulate y Fery nació en Ferrol el 5 de junio de 1845. Marino ilustre. “Hombre de gran fortaleza espiritual, inexpugnable y un gran patriota a toda prueba, hidalgo y creyente representaba el tipo clásico español cuya estampa sugestiva adquiere en los presentes tiempos caracteres históricos” (ABC-21-2-1933). (+Barcelona 1933).
Ingresó de guardiamarina a los quince años. En los distintos cargos que desempeño en la Armada española tuvo activa participación en el Océano Índico contra los piratas en aguas de Xolo (Filipinas) .
EN CUBA
También en las insurrecciones cubanas previas a la guerra se dedicó a frenar cargamentos ingleses que buscaban abastecer a los rebeldes. Estando en La Habana se dio el “grito insurrecto de Xala” y es enviado a Nueva Orleáns y posteriormente a diversos cruceros en aguas cubanas para perseguir el contrabando de armas. En una de estas misiones apresó, en 1869, a la goleta inglesa “Mary Lowe”.
Ascendido a Teniente de Navio navega en la fragata “Zaragoza” por el mar de las Antillas.
De regreso a su ciudad natal contribuye en octubre de 1872 al sofocamiento del levantamiento revolucionario del Arsenal aunque cae en poder de los levantiscos..
Con la proclamación de la I República el gobierno le confía diversas misiones.
En calidad de segundo comandante del “Ciudad de Cádiz” actúa contra las insurrección del Arsenal de La Carraca y colabora en la captura de la fragata “Numancia” cuando buscaba refugio en Orán. Finalizada esta campaña es destinado al Cantábrico donde coopera activamente en las operaciones participó en el mando del apostadero de Fuenterrabía.
Con el grado de Capitán de Fragata pasa destinado a La Habana al mando del Arsenal y del crucero “Jorge Juan”. Se ocupa hasta el año 1885 de la Ayudantía de Marina del distrito y puerto de Maiagüez y en 1896 asciende a Capitán de Navío.
Ejerció como comandante del Arsenal de La Habana hasta abril de 1897 en que entrega el mando para trasladarse a Cádiz y posteriormente a Mahón en donde se hace cargo del crucero “Vizcaya”.
COMBATE NAVAL
Su actuación en el combate naval de Santiago de Cuba el 3 de julio de 1898, durante la guerra contra los Estados Unidos, está considerada como uno de los episodios más gloriosos de la Armada nacional, a pesar de que la lucha concluyó con la destrucción de la escuadra española.
La flota norteamericana se ubicó en la salida de la bahía de Santiago, de forma que los navíos españoles habían de salir de uno en uno y totalmente expuestos al fuego de la artillería enemiga. Eulate era capitán del crucero “Vizcaya”, que no dudó en enfrentarse a los estadounidenses a pesar de las diferencias entre ambas formaciones.
Los buques españoles estaban construidos con madera, mientras que los norteamericanos eran embarcaciones modernas de acero con potentes cañones de largo alcance. La contundencia del ataque del buque “Iowa” desarboló por completo al “Vizcaya”, que embarrancó en unos bajos completamente incendiado. Los marinos americanos rescataron a los supervivientes españoles, entre ellos el propio Eulate, que subió a bordo del navío
enemigo gravemente herido a causa de la explosión de una granada. El capitán español entregó su espada al comandante del “Iowa” después de haberla besado y con lágrimas en los ojos. Su colega, impresionado por el heroísmo de los españoles, rechazó la entrega del arma y envió un informe a su Gobierno en el que destacó la bravura de aquellos hombres. La gesta de la flota española alcanzó tal fama que fue citada por Winston Churchill cuando en la Segunda Guerra Mundial el crucero alemán “Graf Spee” fue hundido en Montevideo por su capitán para impedir que fuera apresado por los ingleses.
De vuelta a España toma el mando de la provincia marítima de Cádiz y la capitanía del puerto siendo nombrado Jefe del Estado Mayor de la escuadra de instrucción.
Fue también nombrado Jefe del Estado Mayor de los Departamentos de Cartagena y Cádiz y Comandante de Marina de Sevilla
Ya retirado del servicio a las Armas, siendo vicealmirante, fue designado gobernador civil de Canarias. En 1911 pasa a la reserva aunque realiza diversas misiones como la visita a Amterdam con motivo de la Exposición Naval de 1913.
Además de Marino Eulate también fue hombre de letras. Colaboró en varias publicaciones principalmente en el “Boletín de la Sociedad Geográfica”.
Eulate murió en Barcelona, donde se había instalado tras su retiro de la Armada. Sus restos descansan en el Panteón de Marinos Ilustres por su brillante carrera.
Su hija era la ilustre escritora Carmela Eulate.
El Ayuntamiento de A Coruña le dedicó una calle en Riazor en 1943, en una zona donde existen varias vías que recuerdan a destacados marinos españoles.