Juan José Caamaño Pardo vio la luz gallega de Ferrol el 25 de abril de 1761 y fue descendiente de una distinguida prosapia de Galicia que se remonta a la Edad Media del siglo XII. Ha sido uno de los personajes que lograron escalar al máximo relieve social y político en la Galicia intersecular del XVIII-XIX.
En su intensa vida pública desempeñó varios cargos y formó parte de prestigiosas instituciones culturales. Durante la Guerra de la Independencia colaboró activamente, con notoria eficacia y harto desprendimiento, en la defensa de la causa nacional.
Otro loable aspecto de su denso currículum atañe a sus desvelos como benefactor de Ferrol, influyendo decisivamente en la creación de un Consulado de Comercio y la apertura del puerto al tráfico con países de Europa y América
Se forma en la Escuela de Guardas Marinas de su ciudad natal.
Tras haber sido designado Caballero de la Orden de Malta, solicita en 1778 la habilitación del puerto de Ferrol, si bien tan sólo lo alcanza para efectos navales. En 1792 es miembro constituyente de la Junta de Arbitrio, al mismo tiempo que funda una fábrica de trece telares con el fin de elaborar objetos de seda y oro fino. Al cabo de tres años, es llamado a la Corte.
En 1802 gestiona la concesión de correos marítimos al puerto ferrolano para comerciar con el extranjero. El Ayuntamiento de su amada ciudad lo nombra entonces “regidor perpetuo”. Asimismo fue designado miembro del consulado de A Coruña, vocal perpetuo de la Junta de Gobierno y Navegación, además de vocal del Hospital de Caridad de su localidad gallega.
No conviene olvidar que fue miembro de la Junta de Defensa del denominado “Reyno de Galicia”, cuando en junio de 1809 los franceses se retiran de la capital departamental. Como resultado, los únicos fusiles que son capaces de recobrar son aquellos que tenían escondidos en sus “cocheras” de la calle del Sol.
Caamaño Pardo fue uno de los representantes del movimiento ‘absolutista’, ya en Galicia como en Madrid. Autor de generosas “proclamas patrióticas” en contra de los franceses de las tropas napoleónicas y a favor del rey Fernando VII, dirigió una represión frente a los llamados “afrancesados”. También aceptó el cargo de “alguacil mayor del Reyno de Galicia” perteneciente al Santo Oficio de la Inquisición, aún existente.
Obtuvo los títulos nobiliarios de conde de Maceda y vizconde de Fefiñáns. Y de marqués de Figueroa y de Atalaya, Grande de España y Gentilhombre de Su Majestad. Igualmente, el de Caballero de la Real Orden de San Juan, individuo de las Reales Sociedades y del Reino de Galicia, así como ‘señor’ de diversos territorios.
Falleció en Madrid el 28 de diciembre de 1819.
PERSONAJE MUY POLÉMICO
Personaje muy polémico, ambicioso y perseguidor de ostentaciones al igual que redomado defensor del ‘absolutismo’, enfrentándose a los guerrilleros partidarios del ‘liberalismo’. Conocedor de la economía y de sus escuelas clásicas: favorable a la libre circulación de mercancías. Fue partidario de la abolición de las matrículas del mar y de la “liberación de la pesca”. Según sus estudiosos, en la obra de Caamaño Pardo se encuentra la preocupación por los problemas de la Hacienda. Presta menor atención, sin embargo, a la estructura económica de su país. Por más que critica ciertas injusticias, no cuestiona la sociedad tan enormemente desigual de su época.
Entre las numerosas publicaciones que nos legó, figuran títulos como ‘Sustitución de las rentas provinciales con la única universal contribución’, Madrid, 1798. ‘Representación sobre el estado de las pesquerías nacionales, causas de su decadencia y medios de restablecerlas’, Madrid, 1807. ‘Proyecto de una contribución para gastos de la actual santa guerra, resarcimiento de las quiebras que ocasionó la opresión de los enemigos de Dios y de los hombres durante su mandato en este Reino de Galicia’, Santiago, 1810.