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Por Barconini
RETORNAR A CEDEIRA
Hacía tiempo, mucho tiempo, que no volvía, por motivos familiares sobre todo, a la acogedora y luminosa Villa de Cedeira, donde tantos y buenos días, especialmente con buen tiempo, con calor, he tenido el privilegio de pasar y sobre todo de disfrutar. Y gracias a la invitación de un matrimonio amigo, después de darme un garbeo por el centro de la Villa, el puerto, la playa un poco desmadejada y sin arena, y un intento de querer ver el museo de La Concepción, pero dándome la oportunidad de ver, desde su altura, esa maravilloso mar que baña a la Villa, para ya aterrizar en ese siempre acogedor y excelente restaurante «Badulaque«, que nunca reconocí por el nombre de «Náutico», donde la ahora propietaria Susi, toda actividad, profesionalidad al máximo y espabilada en su quehacer, que lleva magníficamente y que a pesar de la crisis que dicen, estaba abarrotado, para saborear, no solamente los populares percebes y demás, sino ese siempre exquisito rape y ese otro plato de bonito al rollo, que saben bordar. Una visita, que si podemos tenemos que volver a hacer. Lo juro y les contaré.
FERNANDO ARRIBI, EN EL RECUERDO
Y ya que hablamos de esta hermosa Villa de Cedeira, donde podría muy bien citar a muchos personajes de la misma, hoy quisiera referirme, recordándolo con todo cariño, a Fernando Arribí López, que el próximo día 10 de Junio, se cumplirá el décimo aniversario de su fallecimiento y los que hemos tenido el privilegio de ser su amigo, de conocerlo, tratarlo y aprender de él, no podremos nunca olvidarlo.
Porque Fernando, toda experiencia, humildad, sonrisa, profesional de lo suyo, amante de su villa, de la guitarra, del cante, de la poesía o de la misma pintura, llenaba con su presencia y daba vida a la propia vida.
