José Alonso López, marino, ingeniero, matemático, político, escritor, políglota y crítico musical

José Alonso López y Noval nació el día 2 de noviembre de 1763-(+ Ferrol,26 de diciembre de 1824) en el ambiente ilustrado de la capital departamental, cuando el empuje conseguido por la construcción naval atrae a esta población a grandes técnicos y artistas. Es una de las figuras más sugestivas del primer liberalismo español.

En 1786 ingresa como piloto de la Real Armada y cinco años después es destinado al Observatorio Astronómico de la Academia de Guardas Marinas de Ferrol. Durante doce años ejerce en ella como profesor de Matemáticas.

Conocía siete idiomas y “tocaba con perfección instrumentos musicales hasta el mismo número» (Juan Balás).

Con el principio de la nueva centuria es comisionado por el Arzobispo de Santiago para levantar el plano geográfico y estadístico de la Archidiócesis. En 1802 la Universidad compostelana saca a concurso de oposición la cátedra de Matemáticas y Alonso es designado miembro del tribunal. Un año después es nombrado comisario de Caminos de Galicia y participa posteriormente en la medición de un arco de meridiano.

En 1808 forma parte de la Junta de Defensa de Ferrol contra las tropas napoleónicas y ocupa el cargo de comandante de Ingenieros de sus fortificaciones. Durante la ocupación francesa de la ciudad se niega a jurar fidelidad al rey José y huye una noche llevando el plano de la plaza militar y de los castillo de San Felipe, además de dejar abiertas dos puertas del recinto amurallado por si alguna fuerza española intentaba recuperar la villa.

Su carrera política comienza en 1810 cuando es elegido, por el partido de Betanzos, en representación de las villas de Ferrol y A Graña, como diputado en las Cortes de Cádiz. Será el único miembro de los que representan a la Junta Superior de Galicia de tendencia liberal. Con el regreso de Fernando VII sufre una dura persecución que le obliga a exiliarse en Inglaterra. Tras el pronunciamiento de Riego, en 1820, regresa y vuelve a ser elegido parlamentario hasta 1823, cuando el golpe absolutista lo echa de nuevo del país.

En las Cortes desarrolla un intenso cometido legislativo. Entre algunas de sus iniciativas -recogidas por su biógrafo Emiliano Balás- se cuenta el establecimiento en Xuvia de una fábrica de acuñar moneda de cobre, la protección a la agricultura, industria y comercio y a las clases menesterosas, la abolición de los señoríos civiles y eclesiásticos, el reintegro a Madrid de las Cortes constitucionales, la extinción del Tribunal de la Inquisición así como de la tortura, y la igualdad de derechos y representación parlamentaria de Ultramar.

UNA OBRA SOBRE FERROL Y SU COMARCA
Seis tomos, en tres volúmenes, más un cuaderno de grabados con un total de 1680 páginas constituyen su trabajo enciclopédico que lleva el largo título de “Consideraciones generales sobre varios puntos históricos, políticos y económicos, a favor de la libertad y fomento de los pueblos y noticias particulares de esta clase, relativas a Ferrol y su comarca.” (Madrid, 1820).

A pesar de ser una obra que destaca por su calidad de las Ciencias Sociales de la Galicia del siglo XIX, es la primera aproximación global a la Historia de Ferrol, de su rigor y espíritu crítico, y de sus importantes aportaciones, como los primeros datos meteorológicos experimentales, fue un libro maldito y hasta hoy poco conocido. Por las circunstancias opresivas del momento, el autor tuvo que empezar a editarlo en el extranjero bajo seudónimo y gastar todos sus ahorros. En 1823 fue retirado de las librerías y la mayor parte de la edición fue vendida a la muerte de Alonso por su viuda como papel al peso para envolver.

En las 1.680 páginas que componen el texto, el autor muestra una gran erudición, y trata con notable profundidad, para los conocimientos de la época, múltiples aspectos históricos, geográficos, biológicos, económicos y sociales, tanto de España y Galicia como, particularmente, de la comarca ferrolana.

Este marino, ingeniero, matemático, político, escritor, políglota y crítico musical, murió en su villa el 26 de diciembre de 1824. Aprovechaba cualquier ocasión para señalar al elemento clerical como enemigo eterno de la sociedad y su muerte corrió el rumor de que a su alma vagaba por las noches en forma de fantasma por los alrededores de su casa, cerca del Crucero de Canido, por donde hoy una calle recuerda su memoria. En realidad se trataba de un ayudante de la plaza, un oscurantista furibundo, que caminaba sobre zancos, con una luz en cabeza y una campana en la mano, y lanzaba quejidos. Finalmente fue detenido por la policía, como miembro de la reacción clerical, que de esta manera se vengaba del espíritu liberal de Alonso».

ALONSO LÓPEZ Y EL NOMBRE DE FERROL (1)

Uno de los primeros escritores que trató con cierta profundidad el origen del nombre de Ferrol fue el político ferrolano José Alonso López y Noval (1763-1824) en su enciclopédica obra «Consideraciones generales sobre varios puntos históricos, políticos y económicos, y noticias de esta clase referidas al Ferrol y a su comarca», publicada en Madrid el año 1820. En el tomo I, Alonso López, al hablar de la villa ferrolana, escribe que «es muy obvio presumir que se llamó puerto del Faro, por el faro que había en el monte que domina la entrada de la ría» y que «también pudo denominarse puerto del Farol, por la linterna o farol que tenía el pueblo en una torre de las restingas del muelle o embarcadero». Más adelante, refiriéndose al blasón de la ciudad, indica que «la villa tomó por escudo de armas una torre almenada con un farol encima de una pértiga.

(Ferroláns, de Guillermo Llorca)

(1)-(Juan Burgoa, en Anuario Brigantino)