Máximo Ramos López nace el día 4 de septiembre de 1880 en Ferrol. Pintor, excelente dibujante y un consumado grabador sobre todo al aguafuerte.
Con la oposición de su familia que quiere que siga la tradición familiar para hacerse marino, odiaba por igual los uniformes y la disciplina, puesto que siempre fue anárquico, apasionado, un tanto sombrío. Máximo decide dedicarse al dibujo y la pintura. Recibe sus primeras clases de dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Ferrol.
Marcha a Madrid, dispuesto a vivir la bohemia del arte. Tras una dura experiencia negativa regresa a Ferrol en donde trabaja como publicista, colaborando con El Correo Gallego. Trabaja como delineante en A Coruña, también da clases de dibujo. Tampoco resiste mucho tiempo.
Después de su matrimonio, y con la llegada de su primer hijo decide, en 1910 emigrar a América después de conseguir algún encargo para trabajar en México. Viaja por varios países, México, Estados Unidos, Cuba, Argentina. Trabaja como escenógrafo y muralista pero también como pintor de retrato.
Tampoco resiste, y en 1916 regresa a España se marcha a Madrid primero y a Barcelona poco después destacando como ilustrador, colaborando con revistas como La Esfera, El nuevo Mundo, Blanco y Negro, etc.
En 1916 publica un libro impresionante que escribe e ilustra, «Mientras llega la hora”, de ideología marxista, con dibujos trágicos sobre la vida y la muerte, libro que expresamente dedica a su madre y que le da fama de revolucionario.
Máximo Ramos fue un excelente dibujante y un consumado grabador sobretodo al aguafuerte, modalidad en la consiguió medalla de segunda clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1934, con la obra titulada “Mi abuelo el pirata”.
Por circunstancias políticas y de subsistencia le llevan a trabajar para la prensa oficial franquista, y sus dibujos, muy de cómic, aparecen en «Flechas y Pelayos» y en «Fotos». En la primera continúa una ditirámbica y amañada «Historia del movimiento nacional». Se hacen populares sus historietas tituladas «Nueve meses prisionero de los rojos», donde los republicanos son malos, feos y canijos, y los falangistas y franquistas altos, hermosos y nobles, y «Aventuras milicianas del terrible Paco Lanas», en estilo cómico. Otra serie suya que en la inicial postguerra alcanza popularidad es la titulada «Aventuras de Quico y Caneco».
Muy enfermo, consigue ganar la plaza de profesor titular de dibujo de la Escuela de San Bernardo de Madrid, donde solamente llega a ejercer dos meses
Su vida, difícil y amargada, concluye no en 1944, como se ha citado muchas veces, sino en 1949, el 25 de febrero, en Madrid.
Su obra de pintor no es abundante, si bien la de grabador tuvo más aceptación. Hoy se encuentra representado en museos de Galicia y en los de grabado de todo el mundo. El concello de Ferrol y el museo de Vigo conservan excelentes pinturas de Máximo Ramos. Máximo Ramos es un plástico intenso, dibujante prodigioso, de pulso increíble con el buril, cuando graba planchas para aguafuerte o talla dulce. Consigue efectos de claroscuro que casi llegan al cromatismo. Es elegante, mórbido o documental, según el momento. Como pintor es suelto, muy colorista, de temperamento imaginativo y ensoñador.
Tardíamente ha encontrado reconocimiento en su ciudad natal, donde, desde principios de los ochenta, se ha creado un premio internacional de grabado que lleva su nombre y una calle de la ciudad.