Sólo el 33% de los españoles mantiene su confianza en los dos grandes partidos.
En julio de 2011 mantenían una intención directa de voto del 55%
Hay ya más españoles que afirman tajantemente que se abstendrían (18,8%) que los que están dispuestos a votar al PP (16,1%) o al PSOE (17,6%).
La desafección ciudadana hacia los dos grandes partidos politicos de España crece a medida que avanza la crisis. Aumenta a un ritmo acelerado, hasta el punto de que sólo una tercera parte de los españoles mantienen su apoyo en PP y PSOE.
Esta pérdida de confianza se plasma en la evolución de los barómetros que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha realizado en el último año y ha encendido las alarmas entre los expertos más cercanos al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Fuentes populares reconocieron a Servimedia su preocupación por el desgaste creciente que están sufriendo PP y PSOE en las encuestas del último año. Los dos grandes partidos obtenían en julio de 2011 el apoyo directo del 55,2% de los españoles. Ahora, sólo son el 33,7%.
El último barómetro del CIS con intención de voto, correspondiente al pasado mes de octubre, reflejó que apenas el 16,1% de los ciudadanos está convencido actualmente de votar al Partido Popular, si se repitieran las elecciones generales. El PSOE tendría la fidelidad del 17,6%.
Entre los dos grandes partidos apenas suman el voto directo del 33,7% de los encuestados. La cifra ha descendido drásticamente a lo largo del último año y medio. En julio de 2011 acumulaban el 55,2%; en noviembre de 2011, el 48,4%; en enero de 2012, el 48,7%; en abril de 2012, el 44,8%; en julio de 2012, el 35,3%; y ahora el 33,7%.
En el Gobierno son conscientes de que estos datos reflejan una desafección de los ciudadanos hacia los dos grandes partidos, aquellos que siempre han gobernado en España y que tradicionalmente han representado a la inmensa mayoría de los ciudadanos.
Algunos asesores de Rajoy consideran peligroso que el apoyo de PP y PSOE quede en las encuestas por debajo del 50%, aunque en la estimación de voto que realiza el CIS (al sumar intención directa y simpatía) el porcentaje de respaldo a populares y socialistas asciende al 64,5%.
Se da la circunstancia de que, en la respuesta expresa de los encuestados, hay ya más españoles que afirman tajantemente que se abstendrían (18,8%) que los que están dispuestos a votar al PP (16,1%) o al PSOE (17,6%).
No se trata de un dato nuevo o circunstancial, sino que empieza a convertirse en algo habitual. En julio de 2012 ya eran muchos más los abstencionistas (22,3%) que los partidarios de PP (18,2%) o PSOE (17,1%). Ahora ha vuelto a repetirse la tendencia, con la consiguiente preocupación de los expertos.
El PP llama a sus dirigentes a explicar los recortes para no perder el apoyo de la ciudadanía y frenar la sangría
El Partido Popular quiere evitar a toda costa la sangría de votos y la mala percepción popular que está encontrando su Gobierno y ha puesto a Génova a trabajar para mejorar la imagen del Gobierno. La sensación en Génova es de extrañeza. «Estamos haciendo las reformas que el PSOE no se atrevió a hacer pero la gente no lo percibe», señalan sus dirigentes en privado. Pero el feedback con los ciudadanos es poer que malo. El PP cuenta con el presidente peor valorado de la historia y un Consejo de Ministros que suspende en bloque. Por eso ha decidido tomar la iniciativa y explicar su primera ño de Gobierno (nadie ha caído, pero también es mala suerte que lo vaya a presentar el día que muchos dicen se acabará el mundo: el 21D).
Desde Génova se ha enviado a sus cargos un argumentario de balance del primer año de Gobierno para que justifiquen los recortes y pongan en valor la «austeridad y el rigor» de las medidas del Ejecutivo. Habrá vídeos explicadtivos y la webd e Moncloa se volcará en explicar las medidas. El apoyo de Arenas, olvidada su aspiración de gobernar en Andalucía será clave porque su experiencia política es clave para Rahoy.
El Gobierno no entiende que medidas como la reducción de empresas públicas, la disminuación de subvenciones a partidpos y sindicatos y la ley de transparencia, así como las reformas financieras no hayan calado entre la gente, al menos para ver a un ejecutivo activo.
«A pesar de la crisis, está garantizando los derechos sociales y la sostenibilidad del Estado del Bienestar», asegura el PP, recalcando que se han tomado medidas para frenar los desahucios, «se han pagado los 12.110 millones que dejó el PSOE de facturas pendientes», y se ha cumplido con el «compromiso de subir las pensiones». También justifica el copago de medicamentos y subraya que los farmacéuticos lo «apoyan». Entonces qué ocurre. ¿Por qué el PP ve las encuestas y se echa a temblar? No es por el PSOE, hundido en uno de los peores momentos de su historia, sino por el desencanto que se observa en la ciudadanía.
Según las últimas encuestas, los populares habrían perdido 14,7 puntos conrespecto a las elecciones generales del 20-N, mientras que el PSOE haría más profundo su desplome al perder 4,8 puntos con respecto a los resultados de los pasados comicios, en los que registraron los peores resultados de su historia. La respuesta a este desencanto pueden ser las promesas incumplidas por Rajoy, que en busca de la mayoría absoluta prometió más de lo que podía en la confianza de que la gente se olvidara de algunas de ellas en el ejercicio de Gobierno. No ha sido así, y el recurso de la mala herencia, aunque cierto, cada vez vale menos.
El PSOE da tumbos y no encuentra ni política ni líder, fracturado, se está convirtiendo en actor secundario
Los expertos analizan al PSOE y vaticinan un verdadero calvario para la formación liderada ahora por Rubalcaba. Un líder con pies de barro que solo puede presentar elo éxito de Asturias tras el tiro en el pie de Alvarez Cascos. Catalunya y Galicia ha sido un verdadero desastre que se ha tomado como mal menor, lo que indica que el PSOE asume resultados de partido menor… como un partido menor. La falta de utocrítica y proyecto quedó clara en el homenaje a Felipe. Atemorizado por el fantasma de no ser alternativa Rubalcaba no sabe si radicalizarse para lograr el voto juvenil o despegarse de posturas como las del PSC y el PSE para captar a la clase media. Mientras, los puñales internos no cesan.
Como señala Pedro Carlos González Cuevas, profesor de Historia de la UNED, el reciente recuerdo de lo mal que lo han hecho en materia económica es un lastre. Y a nivel internacional les sucede lo mismo: lo que hizo Zapatero fue demencial y, al final, hasta se contradijo a sí mismo dejando que EE.UU. instalase en España sus misiles», comenta Cuevas. Un desastre del que Rubalcaba fue partícipe. El líder mano derecha de un político detestado en estos momentos. Mala combinación. Y para más inri sigue en el aire ese proyecto federalista en el que cada comunidad dice una cosa. Un caos que más pronto que tarde alguien tendrá que cortar, porque la sociedad española necesita una alternativa y una oposición. Estas realidades pueden explicar por qué los dos grandes partidos están perdiendo el favor de la sociedad española, que no se encuentra a gusto con casi ninguna alternativa que se le presenta. Es cierto que IU y UPyD suben, pero no lo suficiente.
IU y UPyD se aprovechan del hastío, pero no lo suficiente
El gran malestar social con los dos grandes partidos lo recogen los dos grandes partidos minoritarios, Izquierda Unida y Unión Progreso y Democracia. Ambos partidos superan el 10% de los votos, algo que nunca había ocurrido hasta ahora. El partido liderado por Cayo Lara obtiene su mejor dato hasta ahora con un 13,3% de los sufragios. Esto significa que el partido de la izquierda se encuentra a menos de diez puntos del PSOE, concretamente a 9,6%, algo inaudito.
El partido de Rosa Díez también sube en valoración ciudadana y recoge el malestar con los dos grandes partidos. UPyD supera por segunda vez en las encuestas el 10% de los votos (10,2%) y sigue recogiendo adeptos en sus filas. Tanto para Izquierda Unida como Unión Progreso y Democracia supone un ascenso de seis puntos porcentuales con respecto a las elecciones, donde IU obtuvo el 7,7% y UPyD un 4,6%. Si sumamos sus porcentajes de votos (10,2%+13,3%) superarían la intención de voto del Partido Socialista (22,7%).
¿IU? Demasiado radical y verde en una etapa de crisis, porque una cosa es predicar y otra gobernar. Además la pugna Llamazares y Lara, hasta ahora enterrada por las subidas electorales, se empieza a destapar. Y UPyD carece de fuelle en Catalunya y País Vasco sin los que es difícil crecer. El hundimiento del bipartidismo en España empieza a ser un problema grave. Sin reforma electoral a corto plazo, sin nuevos líderes que entusiasmen y una mediocridad que impide que los mejores se metan en política, la soiedad empieza a cansarse. Hace falta mucha altura política para salir de esta situación.