Este viernes, 11 de abril, Viernes de Dolores, tras algo más de siete años de obras, tendrán lugar en Ferrol los actos de inauguración de la rehabilitación del templo parroquial de Nuestra Señora de Dolores.
En la jornada de la mañana, a las 12:30 horas, está previsto un acto oficial privado (abierto a los medios de comunicación) con la presencia del conselleiro de Cultura de la Xunta de Galicia, José López Campos; el obispo diocesano, Fernando García Cadiñanos; y el alcalde de Ferrol, José Manuel Rey Varela. Durante el mismo, el arquitecto director de la obra, José Romero, se encargará de explicar las distintas fases del proceso de rehabilitación, con paradas explicativas en espacios como el altar, las torres o el corralón.
Ya por la tarde, a las 19:00 horas, en la concatedral de San Xiao, se celebrará el culto a la Virgen de Dolores, finalizando el septenario, seguido de una procesión que llevará las imágenes de la Virgen y del Cristo de la Misericordia hasta su templo. Tras el traslado se celebrará la eucaristía, que estará presidida por el obispo diocesano.
Referencia histórica
La iglesia de Dolores es el templo de la antigua congregación Servita de los Dolores, erigida el 6 de diciembre de 1750 en el oratorio del Cristo de los Navegantes de la antigua iglesia de San Julián, donde se hallaba expuesta la imagen de la Virgen de los Dolores. Demolida la antigua parroquial de San Julián en 1762 a consecuencia de los daños causados por la construcción del muro del arsenal, se trasladó la imagen y la congregación a la capilla de San Roque, que funcionó como parroquia hasta la inauguración de la nueva iglesia de San Julián en 1772. El templo de Dolores comenzó a construirse en el año 1771 con el replanteo de la parcela, que sirve para formalizar la alineación norte de lo que hoy es la calle Dolores.
A lo largo de su historia el templo ha vivido varios periodos de cierre, de treinta años en el siglo XIX, el de mayor duración, y en el que se vio sometido a diversas remodelaciones; y el último, anunciado el 14 de febrero de 2018, hasta nuestros días, debido a un agravamiento de los daños estructurales.
Cierre del templo y proceso de rehabilitación
En el año 2012, el desprendimiento de un fragmento de piedra del dintel de la puerta principal obligó a un apuntalamiento de esta entrada, poniendo de manifiesto los problemas de estabilidad del edificio y la necesidad de acometer una profunda intervención para rehabilitarlo. La diócesis encargó en ese momento el proyecto de rehabilitación a los arquitectos ferrolanos José Romero y Amable Romero, que contarían después con la colaboración de José María Alonso para la solución estructural.
En el seguimiento del estado del edificio, los equipos técnicos del obispado apreciaron varias grietas en la parte interior de la fachada que suponían un potencial riesgo para las personas que se encontrasen en su interior, lo que obligó el cierre de la iglesia al culto mientras no se pudiesen acometer las obras de rehabilitación. Dada la relevancia de este templo y la envergadura de la intervención requerida, la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia asumió la ejecución de la primera fase del proyecto, ejecutando durante el año 2021 las obras primordiales para garantizar la estabilidad del edificio: renovación de la cubierta (sustituyendo la estructura de madera de la nave y restaurando la del crucero) y atado de muros y torres mediante tirantes de acero inoxidable. El importe de los trabajos realizados en esta fase ascendió a 260.000 euros. El obispado, por su parte, acometió en este momento la renovación de la cubierta del edificio de la sacristía, dotándola de una nueva estructura de madera.
Desarrollo de la segunda fase, durante el mes de mayo de 2024

La segunda fase de la rehabilitación, iniciada en 2023, tuvo por objeto la adecuación integral del interior del templo y del corralón anexo que da servicio a la Cofradía de Dolores. Además de la renovación de las instalaciones y paramentos, en esta fase se plantearon dos actuaciones fundamentales: redescubrir el pavimento original y recuperar, tanto el gran arco del altar, como algunos de los huecos que existían en él.
Por lo que respecta al pavimento, se comprobó que bajo el terrazo existente se conservaba en buena medida el original de piedra, formado por losas de granito enmarcadas, dispuestas para su uso como sepulturas. Gran parte de ellas se encontraban deterioradas, lo que obligó a redistribuir las piezas originales a lo largo del pasillo central y a colocar nuevas losas de material similar a ambos lados.
Por otro parte, se colocó un pavimento también de piedra, delimitando la ubicación de los antiguos retablos laterales (que no se conservan). Delante del altar se ha mantenido una lápida con inscripción que corresponde a la sepultura de Ventura Taxonera, contratista de los trabajos de construcción del templo. Ante la imposibilidad de recuperar el pavimiento original del altar se optó por colocar uno nuevo y peldaños de granito en su disposición original.
Por lo que respecta a la zona de la cabecera, se apostó por la recuperación de los huecos originales de este espacio, por lo que se descubrió el gran arco central, los huecos laterales, las tribunas superiores, y el púlpito y una hornacina en composición simétrica con él. Actuaciones estas que han venido a restituir el espacio original del interior y recuperar la espacialidad del templo y la escenografía que se había perdido a lo largo de las sucesivas intervenciones.
Finalmente, la otra actuación de gran envergadura en el interior del templo ha sido la reparación del dintel y del cargadero de la puerta principal que, debido a los problemas estructurales del edificio, se encontraba descolgado y requirió de una compleja operación de atado de las dovelas, y la renovación total del forjado del coro. A todo ello hay que sumar el pintado interior y exterior, así como la renovación integral de la instalación eléctrica y las carpinterías, a excepción de la puerta principal, que se ha restaurado.
En resumen, el criterio que se ha seguido es el de la recuperación, en la medida de lo posible, de los elementos originales del templo y la utilización de materiales tradicionales para la sustitución de aquellos que se han perdido.
Con respecto a la actuación en el corralón, se le ha dotado de un aseo, se han tratado sus superficies y se ha ejecutado una nueva cubierta de cinc. Cabe destacar también el retranqueo del portalón para recuperar así la visión desde la calle de la esquina de la fachada. Además, pudo recuperarse un paso entre la iglesia y el corralón, acceso que facilitará el traslado de las imágenes entre ambas estancias.
Toda esta fase ha sido ejecutada por el obispado, con una inversión total de 499.298 euros, de los cuales la Consellería de Cultura aportó 338.625 euros por medio del convenio firmado en el año 2023. La diócesis, por su parte, destinó los 44.072 euros recibidos de la campaña pro rehabilitación del templo, realizada en el año 2018, junto con 116.600 euros de sus presupuestos.
Previsiones y actuaciones de futuro
A pesar de todo el trabajo realizado, la rehabilitación integral del templo todavía no está completa. Quedan pendientes algunos trabajos en el interior, que básicamente corresponden al edificio de la sacristía. Y en el exterior restaría la limpieza y restauración de la fachada, en especial de las torres y del frontón de la puerta principal, así como la restauración de la veleta y la cruz que rematan ambas torres (y sus barandillas), así como el reloj.
Una vez que la parroquia ha recuperado el uso de su iglesia, donde se celebrará la eucaristía los sábados y estará abierta para el culto y la oración privada, esperamos que, con la implicación de todos los devotos, se puedan ir completando estas actuaciones previstas, y así devolver al casco histórico de Ferrol un edificio tan emblemático en todo su esplendor.
Para ello están disponibles dos números de cuenta donde se podrán seguir realizando los donativos que se deseen y a los que se aplicarán las desgravaciones fiscales establecidas:
· ABANCA – ES63 2080 0200 4830 4014 5065
· BANCO SANTANDER – ES68 0238 8107 1906 0110 2502
