El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha afirmado este domingo que su partido tiene “la obligación” de presentarse a las elecciones gallegas del próximo 18 de febrero porque defiende lo que no defienden otros partidos.
“Vox es el único partido en España al que otros partidos le dicen que no tiene que presentarse. Y Vox no solo tiene el derecho, también tiene la obligación de presentarse porque lo que Vox defiende solo lo defiende Vox, y lo está defendiendo en solitario tanto a nivel nacional como en Galicia”, ha señalado.
A nivel nacional, ha dicho que el Estado se encuentra “en mitad de un golpe a la Constitución” y la formación que lidera el gallego Alberto Núñez Feijóo “sale en auxilio” del presidente Pedro Sánchez “cada dos por tres”.
En este sentido, Abascal ha tildado al Gobierno de Pedro Sánchez como “el más frágil” de la democracia.
Afiliados disconformes
Según detalla el diario ABC «Rara vez se ve a un político abucheado por los suyos en el acto de lanzamiento de su candidatura. Pero todo lo que rodea a Vox en Galicia dista de ser lo habitual. Le ha ocurrido este domingo a Álvaro Díaz-Mella, el elegido por Santiago Abascal como punta de lanza para las elecciones autonómicas del 18F, candidato a la presidencia de la Xunta y número uno en la candidatura pontevedresa-
Cuando el candidato de Vox tomó la palabra, un grupo de asistentes se levantó y abandonó la sala del hotel de Pontevedra, donde tuvo lugar el acto, y muestraron su rechazo. Gritos de «Fuera, fuera» y «Lárgate». Se coló incluso algún insulto. Con Abascal presente. Según ha podido saber ABC, se trata de afiliados de la propia provincia de Díaz-Mella.
Sorprende algo menos si se conoce el contexto. A Ricardo Morado, que fue cabeza de lista de Vox por Coruña en 2020, le «consta» que Díaz-Mella arrastra «problemas internos con afiliados»; y que incluso, afirma, tiene en su expediente una denuncia ante el comité de. garantías de Vox. Fuentes del partido aclaran que esa denuncia se produjo «hace tiempo», y «que quedó archivada al carecer totalmente de fundamento». También se defienden rebajando la protesta a «dos afiliados» que «manifestaron su enfado»».
«La situación, asegura a ABC, ha devenido en una suerte de «rebelión interna dentro de la ejecutiva» provincial; y, por la información que maneja, «un gran número de afiliados han dejado claro que no van a mostrar su apoyo» a Díaz-Mella. Lo cual deja en agua de borrajas la «buena fe» con la que cree que éste asumió la papeleta de liderar a Vox el 18F».