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La fragata «Almirante Juan de Borbón»,(F-102) al mando del CF Raul Alba Fernández atracará en el Muelle España el viernes, día 22 de septiembre, tras el paso de la patrullera «Atalaya»(P-74) por el Puerto de Ceuta. Se trata de una moderna fragata de la Armada Española de la clase «Álvaro de Bazán», botada en los astilleros de Navantia en Ferrol y en activo desde 2002. Su nombre rinde homenaje a Juan de Borbón, padre del rey emérito Juan Carlos I.
El buque, con base en Ferrol,y que partirá en estos días al sur peninsular forma parte de la 31ª Escuadrilla de Superficie y es el segundo de una serie de cinco unidades capaces de actuar en todo tipo de escenarios, ya sean de alta, media o baja intensidad. La fragata está equipada con multitud de modernos equipos y sistemas, pero su verdadero potencial «reside en el equipo de hombres y mujeres que constituyen su dotación».
La fragata «Almirante Juan de Borbón» es una escolta multipropósito, cuyo sistema de combate AEGIS le confiere una gran capacidad para la guerra antiaérea. Sin embargo, también puede defender una fuerza naval frente a diversas amenazas, ya sean aéreas, de superficie o submarinas. Además, puede hacer frente a otro tipo de misiones, como la gestión y prevención de crisis, operaciones de ayuda humanitaria y embargo naval, entre otras.
El pasado mes de febrero, la fragata participó en un ejercicio de adiestramiento con fuerzas de Estados Unidos, Canadá y Portugal en aguas del Atlántico, junto a las fragatas «Méndez Núñez» y «Cristóbal Colón». Estas maniobras navales, denominadas MAR y con carácter bianual, constituyen una de las principales actividades de adiestramiento para los buques de la 31ª Escuadrilla de Superficie.
Clase «Álvaro de Bazán»
La «Álvaro de Bazán» es una clase de fragatas de la Armada Española que están dotadas con el sistema de combate AEGIS, de origen estadounidense. Reciben el nombre de clase Álvaro de Bazán en recuerdo del almirante Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, que fue un destacado estratega naval del siglo XVI.
La clase está compuesta por cinco unidades que entraron en servicio entre 2002 y 2012, y que son capaces de actuar en todo tipo de escenarios, ya sean de alta, media o baja intensidad. La clase «Álvaro de Bazán» ha servido también como base para el desarrollo de otras fragatas similares para las marinas de Noruega y Australia.
