Agentes de la Guardia Civil tratan de esclarecer el crimen de Elisa Abruñedo, cometido en Cabanas en 2013

Fot. arch. 2013

Agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil realizan estos días diversas pesquisas e investigaciones en la zona de Lavandeira, en el municipio de Cabanas , en el lugar en el que apareció hace casi nueve años el cuerpo sin vida de Elisa Abruñedo.

El cadáver de esta vecina de la zona fue localizado a tan solo 200 metros de su vivienda, en una zona de pinar y vegetación muy densa, justo al lado de una curva en la carretera CP-1503 que enlaza Cabanas con Fene. tras varias horas en paradero desconocido. El cuerpo presentaba diversas puñaladas y las pruebas realizadas posteriormente revelaron que había sido violada.

Fuentes consultadas por Europa Press han trasladado que agentes de la Benemérita procedentes de Madrid han trabajado durante las últimas jornadas en la zona para tratar de esclarecer un crimen cometido hace casi una década.

Elisa Abruñeda tenía 46 años, estaba casada y era madre de dos hijos. En su cuerpo fueron localizadas varias muestras de ADN que se relacionan con el responsable de su violación y asesinato, pero que no ha podido ser localizado por no tener las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado una muestra biológica del mismo.

La Guardia Civil siempre ha mantenido que este caso estaba abierto y que continuaban con las investigaciones, que se mantuvieron durante varios años con la recogida de muestras de ADN, tanto de vecinos de la zona como de otros municipios de Ferrolterra.

El 3 de septiembre de 2013 Galicia Ártabra informaba que 

Reconstrucción del recorrido

El 3 de septiembre de 2013 Galicia Ártabra informaba que junto al cadáver los investigadores han encontrado el teléfono móvil de la mujer, que en ocasiones lo utilizaba para escuchar música mientras caminaba, según han apuntado vecinos del lugar. Se trató de comprobar si existía algún registro del recorrido que realizó a través de la señal de GPS o algún dato que encaminase la investigación hacia el autor o los autores del crimen.

La mujer estaba casada y tenía dos hijos, de 23 y 20 años de edad. Su marido denunció su desaparición en la noche del domingo después de que la mujer no regresase a casa tras su habitual paseo. Elisa Abruñedo había salido a caminar sola por la tarde, vestida con una camiseta y pantalón corto. Según los vecinos del lugar, caminaba casi dos horas todos los días, a veces acompañada de su marido o de alguna amiga.

Después que el marido comunicase la desaparición se puso en marcha un dispositivo de búsqueda, en el que durante el lunes participaron agentes de la Guardia Civil, miembros de Protección Civil y cerca de 70 vecinos, además de compañeros de trabajo de la mujer en la residencia de ancianos Geriatros de Ferrol. También se unieron desde las 18.30 horas, miembros del servicio de Cans de Salvamento de Galicia (Casaga), que rastrearon una zona de cerca de 80.000 metros cuadrados y el helicóptero de la Guardia Civil.

La Asociación de Cans de Salvamento había ampliado la zona de búsqueda de la mujer porque, según apuntó el secretario de la organización, Alberto Barreiro, «se barajaba la posibilidad de una huella» que podía pertenecer a la mujer a unos cinco kilómetros aproximadamente de su domicilio, en un lugar próximo donde había sido vista «en torno a las 19.00 horas de la tarde».

No obstante, la búsqueda se centró finalmente en las inmediaciones del domicilio familiar, después de que un conocido de la mujer comunicase que la había visto cerca de las 20.30 horas en un área próxima. Así, se volvió a rastrear esa zona por segunda vez y un vecino encontró finalmente el cadáver cerca de la una de la madrugada.

 

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