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Sobre las cuatro de la tarde de este martes día 21, el propietario del edificio situado en la calle Sánchez Calviño, número 11, en el Ensanche A, y que a la vez residía con su esposa en el primer piso avisó al resto de los vecinos de que podía haber problemas ante unas grietas que se presentaban tanto en el saliente de la fachada como en alguna parte de ella.
Pasado un tiempo hicieron acto de presencia trabajadores de una empresa de la construcción que vallaron la zona y a la vez apuntalaron la fachada en la que en su parte baja derecha se observaba una amplia grieta que se extendía hasta el segundo piso y a la altura del cuarto una zona a punto de caer a la calle.
La concejalía de Urbanismo tomó la decisión de ordenar el urgente desalojo de las viviendas, en tanto acudieron los Bomberos Municipales con el camión-escalera para tirar los cascotes de la fachada y efectivos de la Policía Local, en amplio despliegue toda vez que tuvieron que cortar las circulación de vehículos en el tramo comprendido entre la Carretera de Castillla y la calle Venezuela a la vez que avisaban a los vecinos del desalojo. Ya los bomberos habían estado por la mañana ante el edificio por lo que el propietario había hecho gestiones para el apuntalamiento y demás.
En el lugar del suceso se encontraba la presidenta de la asociación de vecinos de Ultramar, Natalia Ares López; dos técnicas de constataron la existencia de grietas en la fachada y tomando nota de la situación del edificio y posteriormente a las ocho y veinticinco de la tarde hizo acto de presencia el alcalde de la ciudad, Jorge Suárez, que mantuvo conversaciones con los efectivos de Policía Local, Bomberos, Técnicos y con los propios vecinos.
También acudió la edil de Urbanismo María Fernández Lemos.
DESALOJO DE VECINOS
Fueron desalojados del primer piso los propietarios del inmueble, la mujer que padece alzhéimer fue trasladada desde su vivienda hasta la ambulancia de Protección Civil por voluntarios de esta organización, a petición de la edil Beatriz Sestayo, en una silla de ruedas y fue llevada al domicilio de un familiar en la calle Máximo Ramos; del segundo piso un inquilino; del tercero derecha una pareja y dos gatas; del tercero izquierda, un inquilino; del cuarto derecha un matrimonio con un hijo de corta edad. En el quinto piso no se encontraban los residentes.
A todos ellos se les indicó que serían alojados, caso de no querer ir a la vivienda de algún familiar, a un hotel cercano.
En el bajo del edificio hasta hace unos meses se encontraban las instalaciones de la cervecería «La piedra», en estos momentos el local estaba sin actividad.
YA HACE TIEMPO
Los vecinos protestaban porque desde ya hace tiempo el edificio venía presentando una serie de problemas y temían por su seguridad aunque no esperaban que se llegase al desalojo, «llevábamos dos años peleando», señalaba una de las vecinas desalojadas.
Todos ellos, excepto el propietario que tuvo que acompañar a su esposa en la ambulancia, se encontraban ante el edificio a la espera de que se les diese el aviso de su traslado al hotel «América», aunque algunos decidieron acudir a viviendas de amigos y familiares. En concreto parece que finalmente irán al hotel cuatro adultos y un niño pequeño.
Algunos pudieron ir entrando, con toda seguridad, para retirar lo preciso para residir provisionalmente en el hotel.
La concejalía de urbanismo elaborará ahora el informe pertinente sobre el estado en el que se encuentra el inmueble para determinar las actuaciones que sean precisas.
PRESENCIA DEL ALCALDE
Jorge Suaréz hizo acto de presencia cerca de las ocho y media de la tarde, a preguntas de Galicia Ártabra manifestó que se habían tomado todas las medidas necesarias en primer lugar con los residentes en las disintas viviendas y seguidamente con el edificio.
En cuanto a los residentes a un grupo de ellos se les aloja en el hotel «América» y asimismo se abonarán los gastos de comidas que realicen en un establecimiento de la misma calle Sánchez Calviño, todo ello porque son familias que lo necesitan.
En cuanto al edificio, Jorge Suárez manifestó que se pedirá al propietario que se haga cargo de lo sucedido y proceda a la reparación del inmueble, que ya lleva desde hace dos años con problemas, en el menor tiempo posible y caso de no atender lo que se le indica el Ayuntamiento tomará las medidas oportunas.
EN OTRA FACHADA
Aprovechando la estancia en la calle Sánchez Calviño del camión-escalera, los bomberos municipales procedieron a la retirada de cascotes en un balcón del segundo piso del edificio número 10 de la citada calle.
¿Pero el problema de los edificios ruinosos no lo iba a arreglar Jorge Suárez? Y ahora va y dice que se pedirá al propietario que se haga cargo de lo sucedido y proceda a la reparación del inmueble… pues sí que es una solución novedosa! Lo que haría cualquier alcalde! Una vez más, nos vendieron humo.