El ultra del Depor, deja mujer e hijos de 4 y 19 años. Pertenecía a los Riazor Blues

reyerta madrid-2El duelo que enfrentó a partir de las 12 del mediodíade este domingo, día 30, al Atlético de Madrid y al Deportivo, en el estadio Vicente Calderón, se transformó en tragedia por el fallecimiento de un ultra del club gallego, de 43 años, tras una batalla campal que se inició antes de las nueve de la mañana. Los radicales volvieron a provocar un drama y a sembrar el pánico entre familias con niños que acudían, felices, a disfrutar de un acontecimiento deportivo, y regresaron a sus domicilios atónitos y consternados.


reyerta madrid-5La víctima

Francisco Javier Romero Taboada, de 43 años y apodado ‘Jimmy’, estaba casado y deja huérfano a un hijo de cuatro años. Asimismo tiene una hija de 19 años de un matrimonio anterior. Perteneciente a Los Suaves, facción de los Riazor Blues, murió tras ser golpeado y caer, lanzarse en un intento desesperado de huir o ser arrojado al cauce del río Manzanares en los aledaños del Vicente Calderón, ya que la versión exacta de los hechos aún se desconoce. Fue rescatado por buceadores del cuerpo de Bomberos con parada cardiorrespiratoria, traumatismo craneoncefálico e hipotermia. Trasladado con carácter de urgencia y en estado crítico por el Samur al Hospital Clínico San Carlos, falleció pasadas las dos de la tarde al no surtir efecto los trabajos de reanimación y masaje cardiaco que se le practicaron.

Venganza
Tras conocerse el fatal desenlace, seis encapuchados quisieron vengar lo ocurrido y agredieron a dos personas en la sede de la peña del Atlético de Madrid en un bar de A Coruña. El incidente, que terminó con dos heridos leves, ocurrió este mediodía en el bar La Parroquia. A uno de los heridos le agredieron con una botella. Cuando los agentes de Policía llegaron al lugar de los hechos, los agresores ya habían huido.

Una quedada

La brutal reyerta entre ‘delincuentes’ dejó, además, una docena de heridos, entre ellos un policía nacional que sufrió la fractura en la falange de un dedo. Tres de los heridos lo son por arma blanca, otros tres padecen lesiones inciso-contusas en el cráneo, otro un traumatismo facial y otros tres sólo padecieron traumatismos, brechas o cortes de carácter leve.

Desde un primer momento las noticias fueron muy confusas y se habló incluso de una emboscada a los seguidores deportivistas por parte de ultras del Atlético. La primera versión oficial, ofrecida por la Delegación del Gobierno en Madrid que dirige Cristina Cifuentes, apunta a que se trató de una ‘quedada’ incontrolable a través de las redes sociales y de WhatsApp. Fuentes de la Policía Nacional confirmaron que a primera hora de la tarde ya habían detenido a 24 individuos, entre ellas miembros del Frente Atlético, de los Riazor Blues y también de los Bukaneros, radicales del Rayo Vallecano, y de los Alkor Hooligans, los violentos del Alcorcón, e identificado a otras 30 personas.

Neonazis

Mucho más allá de aspectos relacionados con la rivalidad futbolera llevada al extremo, la pelea tiene seguramente raíces de carácter social y político. Aunque entre estas peñas hay de todo, es de sobra conocido que una parte de los radicales del Atlético son simpatizantes con la extrema derecha, mientras que los violentos del Deportivo, del Rayo y del Alcorcón están relacionados con la extrema izquierda. Sorprende, en todo caso, que el partido fuera declarado de ‘bajo riesgo’ por la Comisión Nacional Antiviolencia.

Según informaron fuentes de Emergencias Madrid y la Policía, las hostilidades se desataron en la zona conocida como Madrid Río, cercana al Vicente Calderón. Se inició entre unas 60 personas, pero en ella llegaron a participar cerca de dos centenares. Testigos presenciales comentaron que las escaramuzas comenzaron en un bar, poco después de que llegasen los autobuses procedentes de A Coruña. Les esperaban violentos del Frente Atlético, armados con objetos contundentes y distintivos de su ideología neonazi.

Según esos testigos y algunas imágenes grabadas por vecinos con vídeos domésticos y dispositivos móviles, se desarrollaron dos episodios de batallas campales. Efectivos de seguridad lograron controlar en parte las primeras peleas, pero luego la reyerta se propagó por varias calles. En el alboroto se produjeron patadas, puñetazos, navajazos, cuchilladas y lanzamientos de sillas, contenedores y papeleras.

Dos aficionados cayeron al cauce del río. Uno de ellos salió su propio pie y el otro es el hombre que falleció en el Hospital Clínico. Ya un primer momento, los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) detuvieron a un seguidor del Frente Atlético con restos de sangre y retuvieron a decenas de Riazor Blues. Tras comprobar su filiación, se decidió enviarlos de vuelta a Galicia sin poder asistir al partido, que incomprensiblemente se jugó por falta de acuerdo entre la Liga de Fútbol Profesional y la Federación Española.

Según un testigo presencial, alrededor de unos 50 seguidores del Frente Atlético esperaban la llegada de los autobuses de A Coruña, armados con objetos contundentes y distintivos de su grupo fascista. Nada más bajar los hinchas gallegos se enzarzaron a golpes y navajazos.

En un momento de la reyerta, dos aficionados fueron arrojados al cauce del río: uno de ellos salió por su propio pie y el otro es el hombre que ha fallecido en el Hospital Clínico.

Los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) detuvieron a un seguidor del Frente Atlético con restos de sangre y a un grupo de unos 60 de Riazor Blues. Tras comprobarse su filiación, se decidió devolverlos a Galicia.

En los prolegómenos e incluso durante el partido, correspondiente a la decimotercera jornada de Liga y que durante algunos minutos se pensó en suspender, los agentes seguían buscando sospechosos en los aledaños del estadio y las calles próximas. Además, la policía realizó numerosos cacheos para buscar armas blancas entre estos radicales a extinguir en fútbol español y en la sociedad.

 

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