Teresa Romero abandona el hospital Carlos III

(Foto: Europa Press)
(Foto: Europa Press)

La auxiliar de enfermería Teresa Romero ha señalado este miércoles que no sabe lo que falló para que se contagiara con el virus del ébola, que ni siquiera sabe si realmente hubo fallos pero que, no obstante, no guarda «rencor».

«No sé lo que falló, ni siquiera sé si fallo algo… sólo sé que no guardo rencor ni reproches», ha señalado Teresa Romero en una breve comparecencia ante los medios de comunicación, donde se ha mostrado visiblemente emocionada y respaldada con continuos aplausos.

Romero, que ha reconocido que aún está «débil» y ha pedido «tranquilidad», ha señalado que espera que su contagio sirva para «algo», para «investigar la enfermedad». «Si mi sangre sirve para curar a otras personas aquí estoy», ha añadido.

Teresa Romero ha comparecido ante los medios de comunicación poco antes de las 14 horas acompañada de su marido, Javier Limón, y de un grupo de compañeros. Mientras se dirigía al salón de actos del Hospital Carlos III, sentada en silla de ruedas, ha sido aplaudida por trabajadores del centro. Ya en la sala, otro grupo de empleados también la ha recibido con sonoros aplausos y al grito de ¡Vamos Tere!.

La auxiliar de enfermería ha querido agradecer a Dios por «devolverle la vida» y a su familia porque su apoyo le ha hecho «luchar por seguir en esta vida». Aparte, ha remarcado que para hacer «el milagro» Dios se ha servido de los compañeros del Carlos III –citando a médicos, celadores, enfermeros y auxiliares de enfermería, entro otras categorías profesionales–.

«MILAGRO» PESE A LA «NEFASTA GESTIÓN POLÍTICA»

«Tenemos la mejor sanidad del mundo», ha dicho Romero para resaltar que el sistema sanitario tiene a profesionales «abnegados», capaces de «obrar el milagro» pese a «muchas veces la nefasta gestión política».

También ha remarcado que cuando se «veía morir» se aferraba a los recuerdos de sus familiares y al de su marido, al que «adora». Además, ha remarcado que a través de Limón y los profesionales del centro, con su «cariño», fue consciente de que «toda la sociedad luchaba contra el ébola», una enfermedad a la que «nadie importaba» a Europa hasta que se produjo el caso de su contagio.

Por otra parte, Romero ha recalcado que sin ese «esfuerzo y cariño» de los profesionales del centro no habría sido posible salvarle la vida y espera que su contagio pueda contribuir, a su vez, para lograr la curación de otras personas. En este sentido, ha agregado que espera que su sangre pueda servir para generar suelo hiperinmune o ser estudiada para lograr una curación.

A su vez, ha tenido un apartado para agradecer a la hermana Paciencia que haya donado su sangre para el suero de convaleciente y a los miles de mensajes de «aliento» que ha recibido tanto por carta como por redes sociales. A hecho extensible ese agradecimiento a los profesionales del Hospital Fundación Alcorcón y a sus vecinos «por lo que han tenido que soportar».

Mientras, Romero ha agregado que ahora serán sus abogados los que informen de los pasos legales a seguir que tome la pareja y que ahora es «tiempo de descansar».

JAVIER LIMÓN: «EXCALIBUR ERA COMO EL HIJO QUE NUNCA TUVIMOS»

Romero ha terminado su comparecencia visiblemente emocionada para dar la palabra a su marido, Javier Limón, que ha lamentado el sacrificio de su mascota ‘Excalibur’, que fue «ejecutado» sin ninguna posibilidad de alegar.

«Era como el hijo que nunca hemos tenido», ha insistido Limón quien ha recalcado que se ha perdido una oportunidad «científica» con su sacrificio (en referencia a la posible incidencia en los perros) y que se ha demostrado en el caso de Estados Unidos que no era necesaria su muerte. En este sentido, ha agradecido la ayuda que ha recibido de los amantes de los animales, aunque finalmente haya sido «estéril» para impedir la muerte del perro.

(Europa Press)

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