Manuel Carballeira, amor plástico a la figuración

María Fidalgo Casares)-Manuel Carballeira (Cospeito, 1964) artista autodidacta, afincado en Valdoviño, comienza a pintar al óleo con apenas 14 años. Fue en la
Universidad Laboral de Ourense cuando entró en contacto con el mundo artístico de la mano del polifacético artista Pablo Rodríguez (Oitabén). Con él aprendió y desarrolló las técnicas en la pintura que le forjaron como artista y con quien colaboró en varios proyectos de dibujos animados para la TVG.

Pero su relación intensa con la plástica y la creatividad crece con su dedicación
profesional al diseño gráfico e industrial, la serigrafía, tampografía, impresión digital, diseño y decoración de interiores. Una actividad que aunque le permitió desarrollar su parcela creativa, con el tiempo abandonará para apostar por su gran pasión: la pintura.

En la actualidad combina su actividad pictórica con la docencia y la exitosa participación en concursos tanto de pintura rápida como de seca. Primeros premios en Ferrol, Benavente, Camariñas, Mugardos, Begonte, Torquemada, Serrada, Torrelavega, La Bañeza, Arriondas, Ribadesella… casi otros tantos segundos premios y otros menores con accésits, con un total de más de setenta galardones avalan su categoría artística. Un tipo de certámenes donde no hay lugar para el vacío “concepto”, y es nada más y nada menos la maestría de oficio lo que se premia.

Pese a su éxito en los certámenes, Carballeira sigue sintiendo la necesidad de evolucionar e investigar sobre nuevos ámbitos de unas técnicas que domina con creces. Del óleo, al pastel, también trabaja con plumilla, carboncillo… No desdeña los acrílicos utilizando a veces técnicas mixtas. Y cuando abandona el pincel y se decanta por la espátula, extrae de ella la máxima potencia impresionista. Entre sus objetivos más inmediatos está sumergirse en el mundo de la acuarela para obtener de ella una nueva dimensión de su obra.

Los géneros

Aunque cultiva también el bodegón y el retrato, en sus géneros domina de una forma rotunda el paisaje natural en todas sus vertientes, marinas, escenas campestres, el Camino de Santiago.. donde es habitual que incorpore la presencia humana en el espacio y donde es muy clara la huella identitaria de su Galicia natal.  

También es interesante destacar su faceta de pintor religioso, marcada por sus

vivencias en la ciudad de Ferrol cuya Semana Santa es la más singular entre todas las del Norte de España.

Las marinas, son quizá su faceta más conocida y en la que ha ejecutado sus obras más admiradas. En ellas destaca por su capacidad de plasmar las calidades matéricas del agua, las delicadas transparencias de los fondos, y los impecables reflejos, que se convierten en rasgos inherentes a sus creaciones.

El estilo: la figuración a ultranza

Estilísticamente, Carballeira nunca se aparta de la figuración. Pero no es un estilo monolítico ya que bascula entre el impresionismo, el realismo y el impresionismo que van marcando las escenas dependiendo de su estado de ánimo o su personal mirada sobre los objetos. Cuando puede, siempre pinta a plain air lo que confiere a sus lienzos una gran verosimilitud, huyendo de poses de postal. Con un perfecto equilibrio entre dibujo y color, son quizás sus gamas marinas de verdes y turquesas las que confieren a sus obras un sello personal más marcado. Sin embargo, sorprende el lirismo de algunas obras urbanas en las que opta por gamas frías de las que obtiene unas calidades sorprendentes como en el Puente de Narón.

Aunque entre sus proyectos a medio plazo relacionados con la creación afirma que le gustaría experimentar en ámbitos como el tatuaje o la restauración de imágenes, Carballeira ya se ha consolidado como uno de los grandes pintores gallegos de su generación. Una trayectoria ascendente que seguirá dedicando a plasmar los hermosos rincones de la tierra que lleva en sus venas pictóricas como seña de identidad.