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Pasadas las siete y media de la tarde de este jueves, día 9, volvió de nuevo el espectáculo a la Plaza de Armas, que unos días con más “violencia” que otros llevan a cabo un grupo de marginales. Todo sucedió en un lateral del Palacio Municipal, en las inmediaciones del kiosko de la ONCE.
En esta ocasión una pelea entre dos mujeres, que estaban acompañadas de varios hombres todos con síntomas de alcoholemia, se enzarzaron en una pelea en la que incluso al parecer anduvo una navaja por medio.
Cuando el policía local de guardia en la casa consistorial se acercó para comprobar lo que allí sucedía, una de las mujeres se alejó unos metros, con la cara toda ensangrentada, la otra cuando el policía se encontraba frente a ella se dejó caer de espaldas contra el pavimento dándose un fuerte golpe en la cabeza ante la sorpresa del agente y con testigos cercanos.
Como quiera que allí había una clara alteración del orden público de inmediato hicieron acto de presencia efectivos de las Policías Local y de la Nacional así como de Emerxencias Médicas-061, con una ambulancia asistencial en la que atendieron a la mujer que se había tirado al pavimento y después de atenderla “in situ” fue trasladada a los servicios de urgencias del hospital “Arquitecto Marcide” del Complejo Hospitalario Universitario-CHUF.
Realmente todo un espectáculo, como decimos, y en el que estos marginales toman como escenario la plaza de Armas, sin que se tomen medidas para evitar los a veces bochornosos espectáculos.
Realmente, debe existir algún tipo de legislación que acabe con este tipo de situaciones. Estoy, y creo que como yo mucha gente, harto de ver a este grupo de personas en el lateral derecho del Ayuntamiento. Y no me malinterpreten. No estoy harto de verlos reunidos allí, sino de las consecuencias de sus reuniones. El lamentable espectáculo al que nos tienen acostumbrados, véase: las peleas y las disputas, orinan en esa esquina, se mudan de ropa, caen rendidos al suelo totalmente borrachos… no es necesario que siga, ¿verdad?
Y lo mismo está ocurriendo en la zona de ultramar con otro hombre en iguales (o peores) circunstancias….
Si en ultramar también,desgraciadamente se muy bien de lo que hablas,una pena…y los niños tienen que ver esas imágenes en la calle a plena luz del dia
Yo, como miembro de FFCCSS. También estoy cansado de ver estos espectáculos, pero me pregunto, Qué normativa puedo aplicar para qué no se reúnan en el lugar y sobre todo Qué no afecte a los Derechos Humanos, sobre quién recae la responsabilidad de sacarlos de ahí y en base a qué. Porqué algunos,se dedican a sacar fotos y grabar vídeos y en su lugar no ayudan a intervenir,al menos hasta la llegada de la Policía. Muchas preguntas sin obtener respuesta, cuando las tengan entonces nos avisan.
La intervención de la policía local fue impecable. Acudieron rápidamente tres patrullas a apoyar a su compañero, que se encontraba sólo en el lugar, y resolvieron la situación sin mayor problema. Nadie pone en duda su trabajo. Está claro que no le corresponde a la policía dar una solución a lo que allí ocurre diariamente, eso le corresponde a los que están en el primer piso del ayuntamiento.
E que pensades facer? Eu sinto moita mais lastima pola xente marxinal que xa bastante leva o lombo que pola demáis xente da rúa, estas persoas son xente que non ten onde estar, alguns deles non teñen nin casa, e adicanse pois a estar na rua facendo botellon ou o que sexa.. Esta ben? Pois non pero se queremos ter liberdade temos que darnos de conta que hai xente con moitos problemas e que o que necesitan é un traballo, ou un centro de desintoxicación, non botalos dunha praza porque eso non remata co problema, se non se xuntan ali anse xuntar noutro sitio
Ser es de mal gusto pero que los vas a meter en la cárcel? Por ser carne de cañón? O que horrible no quiero ver eso ni la cola de caritas solo quiero ver q vivo en el país de la golosina calle de la piruleta . Nos jodemos es lo que hay es la realidad pura de nuestro país lo que pasa que nadie lo quiere delante de su puerta . sabéis que OS digo q mejor que delante del ayuntamiento ningún sitio ahí queda eso
No, si al final los malos van a ser la gente que se levanta a las seis de la mañana y se van a trabajar, pagan sus impuestos y se comportan civilizadamente…
¡Y nuevamente, en lugar de buscar una solución más o menos pragmática, aunque sólo sea en el ilusorio mundo virtual que nos brinda este espacio, volvemos a cargar unos contra otros!
Sean mis primeras palabras para recalcar que en ningún caso ha sido reprochable la actuación policial en el incidente que nos remite el artículo. Y estoy totalmente de acuerdo con el miembro de las FFCCSS que suscribió un comentario, que no se puede vulnerar los derechos de ningún ciudadano.
Dicho esto, vuelvo a reiterar, que debería existir una legislación particular sobre este asunto, pero, para aquellos cuyas miras y puntos de vista son tan obtusos como inmovilistas, especificaré: no reclamo una “nueva y/o actualizada ley sobre mendicidad, vagos y maleantes” sino una ley que permita intervenir sobre estas personas que se encuentran en la necesidad de ser auxiliadas de sí mismas.
Nadie habla de echarles a los perros para que se «reordenen» en otro lugar. Al contrario, muchos, sobre todo las ONG que operan en Ferrol, están buscando soluciones para que desaparezca este desamparo legal hacia estas personas que viven una situación extrema. Así pues, es el caso de ese magnífico grupo de voluntarios que está luchando para mejorar la situación de otro grave caso, que está ocurriendo en la zona de Ultramar.
De igual modo, mantengo que me sigue pareciendo bochornoso, que tengamos que ser espectadores de esas lamentables escenas de vocerío, discusión, micción, peleas y un largo ETC, a cinco escasos metros de donde niños y grandes juegan o descansan en la plaza de Armas. Y sí, me dan mucha lástima, la misma lástima que me produce ver la cola del paro cada vez que llevo a mis hijos al colegio, y tantos y tantos episodios que se ven cada día.
Aquí no hay buenos ni malos.
Y, para terminar, decirles que la realidad de nuestro país no se condensa en ese grupo de hombres y mujeres, que en la debilidad de su dependencia, ahogan su desesperación. La verdadera imagen de nuestra ciudad son los obreros que salen a la calle a luchar por su trabajo, el pequeño comerciante que se reinventa para no tener que cerrar su negocio y la de aquellos que intentan levantar esta ciudad, ya sea con su escoba, con una pala o con buenas intenciones. Y esa, señores, es la realidad de nuestro país.