Manifestación reclamando mayor investigación en el crimen de Cabanas

Unas 500 personas, entre vecinos, familiares y amigos, se han manifestado este lunes en Cabanas  en recuerdo de Elisa Abruñedo, la mujer de 46 años de edad que fue encontrada muerta hace un año con signos de violencia a pocos metros de su casa tras haber salido a pasear, queriendo así reclamar más medios para la investigación y que este crimen no caiga en el olvido.

En declaraciones del cuñado de la fallecida, José Raúl Fernández, ha demandado que se dote «más medios por parte del Gobierno» para esta investigación, ya que critica que tras un año del crimen de Cabanas «no hay ningún resultado» ni sospechoso alguno, pues la familia no ha recibido información sobre «nada».

En este sentido, denuncia que la Administración  «dedique millones a cosas superfluas mientras al ciudadano de a pie se le deja desamparado«, al tiempo que apunta que el equipo de investigación «no tiene la culpa», sino quien no le dota de «más medios». Así, ha avanzado que la familia va a pedir una reunión con la Delegación del Gobierno para conocer de primera mano los pasos que se están dando.

Esta marcha, que ha arrancado en la entrada de Cabanas tras una pancarta en la que se piden resultados sobre lo ocurrido en el crimen, ha acabado con un manifiesto leído por un representante del ayuntamiento.

Este familiar de Elena Abruñedo lamenta que, en la actualidad, la gente de la zona «ya no sale a caminar como lo hacía antes», porque los vecinos «tienen miedo».

Elisa Abruñedo, de 46 años de edad, y con dos hijos de 20 y 23 años, había salido a pasear sola, por la zona de Lavandeira, próxima a su casa, el 1 de septiembre de 2013 el domingo por la tarde como solía hacer todos los días. Al no regresar a su domicilio, su marido denunció su desaparición ante la Guardia Civil.

Los familiares y amigos iniciaron su búsqueda esa misma noche y el lunes se sumaron vecinos de la zona, Protección Civil y agentes de la Guardia Civil. Finalmente, un vecino localizó el cadáver, semidesnudo y con signos de violencia en una zona de bosque situada a unos quinientos metros de la casa de la mujer. Había sufrido lesiones de arma blanca.